Cómo se arranca un corazón
Alas víctimas propiciatorias se las cuidaba y hacía engordar semanas antes del sacrificio. Luego se las purificaba con sahumerios y abluciones y se las conducía al altar, que solía estar en lo alto de una pirámide ( aunque también se practicaban sacrificios en otros lugares, como las áreas destinadas al juego de la pelota).
UN CORTE PRECISO. Se tendía al desdichado sobre la piedra del altar, que podía ser de varias formas aunque por lo general era un paralelepípedo más largo que ancho. También servían los tambores y en alguna ocasión se colocaba a la víctima tumbada sobre la espalda de un sacerdote. Una vez en el altar, cinco sacerdotes se encargaban de inmovilizar al cautivo.
Dos de ellos le agarraban las piernas, otros dos los brazos y el quinto se encargaba de mantenerle la cabeza quieta por medio de un instrumento parecido a un cepo. A continuación, el sacerdote empuñaba el cuchillo sacrificial –hecho de sílex– y procedía a arrancarle el corazón. Tenía que ser un movimiento preciso y limpio, lo que no resulta fácil sin entrenamiento, y se desconoce cuál era exactamente la técnica empleada, aunque es posible que fueran distintas y cada cual tuviera la suya propia. Los cirujanos proponen que pudo usarse la toracotomía bilateral transversal, la sección horizontal del epigastrio o bien la incisión intercostal lateral por el lado izquierdo.