Muy Historia

Winchester, anatomía de una leyenda

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Durante la Guerra de Secesión, ambos contendien­tes combatiero­n armados con fusiles

Springfiel­d de avanzada. Algunos soldados de la Unión, sin embargo, compraban, pagándolo de su bolsillo, un fusil diseñado por Benjamin T. Henry, de la compañía Vulcanic. No era tan preciso ni de tanto alcance como el Springfiel­d, pero tenía una notable ventaja: era un fusil de repetición, el primero que llegaba a los campos de batalla.

Muy pronto, los soldados sudistas aprendiero­n a identifica­r el sonido que hacía la palanca de “ese p... fusil yanqui que se carga el domingo y sigue disparando toda la semana”. No era para menos, el depósito del Henry 44 alojaba 16 proyectile­s que podían dispararse en menos de 40 segundos.

Acabada la guerra, el US Army no se interesó por las nuevas armas, así que el Henry fue ofrecido a tramperos, cazadores, exportador­es... e indios. En la batalla de Li le Bighorn, los soldados de Custer, que usaban carabinas

Springfiel­d, fueron acribillad­os por los sioux armados con Henry. LA VERSIÓN CONQUISTAD­ORA. En 1866 la Vulcanic, rebautizad­a como Winchester, ofreció una versión mejorada del Henry, el Winchester­1866, apodado YellowBoy por su caja de latón dorado. Los 66 se hicieron muy populares, pero sería su sucesor, el modelo

1873, el que ganaría el apodo de “el arma que conquistó el Oeste”.

El 73 usaba el mismo mecanismo de palanca que los Henry y los 66, reemplazan­do el latón de la caja de mecanismos por acero, lo que lo hacía más preciso y duradero.

Los modelos viejos siguieron en uso, pero todo el mundo ansiaba un 73. La Winchester lo ofrecía en tres longitudes, con o sin decoración, de cañón octogonal o redondo... En esta inspirada jugada de marketing, sacaron una serie limitada: los Winchester­73 “Uno Entre Cien”, con cañón mejorado para una mayor precisión de tiro y acabados de lujo. Una verdadera joya. Habría otros Winchester, como el 76 Centennial, el fusil favorito de Teddy Roosevelt, o el 1894, que siguió en producción hasta 2006, pero ninguno alcanzó la fama del modelo 73.

ARMAS OBSOLETAS. La fabricació­n cesó en 1923, con 760.000 ejemplares vendidos, pero su popularida­d renació con el wéstern de Hollywood. De la mano de directores de la talla de John Ford o Howard Hawks, el Winchester se convirtió en el icono por excelencia del salvaje Oeste, junto al ColtPeacem­aker. Paradójica­mente, la mayoría de los fusiles empuñados por John Wayne, Gary Cooper, James Stewart o Walter Brennan serían del modelo 1894, maquillado­s para asemejarse a su célebre predecesor, ya que resultaba difícil conseguir munición de fogueo para los veteranos 73.

Las armas de palanca quedaron obsoletas con la llegada de los fusiles de cerrojo y semiautomá­ticos, pero la leyenda perdura. Todavía hoy se fabrican ejemplares personaliz­ados y series limitadas para aficionado­s, tanto por parte de la Winchester como por compañías de todo el mundo, bajo licencia, y todo coleccioni­sta de armas que se precie hará lo imposible por conseguir un ejemplar original, en estado de uso.

Casi siglo y medio después de su diseño, el Winchester 73 sigue siendo, por derecho propio, el “arma de la frontera”, un símbolo tan americano como la Coca-Cola.

 ??  ?? Palanca La palanca es la caracterís­tica más destacada de los Winchester clásicos. Un mecanismo de sólo seis piezas móviles permitía cargar y amartillar el arma en sólo un movimiento. Martillo Placa lateral Gatillo Percutor Engranajes de la palanca
Palanca La palanca es la caracterís­tica más destacada de los Winchester clásicos. Un mecanismo de sólo seis piezas móviles permitía cargar y amartillar el arma en sólo un movimiento. Martillo Placa lateral Gatillo Percutor Engranajes de la palanca

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