Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo, la cifra total de bajas de la Segunda Guerra Mundial podría rondar los 60-70 millones de muertos
Antes, el 6 de agosto de 1945 a las 8:15 horas, sonó la alarma en la ciudad japonesa de Hiroshima. Un bombardero estadounidense B-29 lanzó una bomba bautizada con el nombre de LittleBoy. Tenía tres metros de longitud y pesaba 3.600 kilogramos. Su carga de uranio tenía una potencia equivalente a 12,5 kilotones de dinamita. La tremenda conflagración borró la ciudad del mapa.
EL MAYOR DESASTRE PROVOCADO POR EL HOMBRE.
No había precedentes de un acto de guerra tan brutal como aquél. La bomba atómica mató a unas 140.000 personas en el acto, una cifra que no recoge a quienes murieron semanas o meses después ni tampoco a los niños que nacieron con malformaciones debido a la radiación.
Sin tiempo para reponerse de Hiroshima, el 9 de agosto otro B-29 lanzó otra bomba atómica sobre Nagasaki, cuya potencia arrasó la ciudad japonesa causando en torno a 74.000 muertes. Japón se rindió incondicionalmente el 14 de agosto de 1945. Al día siguiente, Hirohito decidió hablar a su pueblo a través de la radio. Era la primera vez que los japoneses escuchaban la voz de su emperador: “Si continuamos la lucha, sólo conseguiríamos la destrucción y el hundimiento de la nación japonesa”.
La guerra había arrasado naciones y provocado una devastación inimaginable. Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo, la cifra total de bajas podría rondar los sesenta o setenta millones de muertos. “Lo cierto es que no podemos saber el número exacto, ya que hubo muchísima gente que murió de hambre y enfermedades provocadas por la propia guerra. Por otro lado, los historiadores chinos hablan de cuarenta millones de muertos en su país, lo que incrementaría todavía más el número de víctimas”, subraya el historiador británico Antony Beevor. Además de los muertos, hubo muchísimos heridos, mutilados y personas que quedaron lisiadas psicológicamente. En lo que sí coinciden los historiadores es en que fue el mayor desastre de la Historia provocado por el hombre.
Mientras los londinenses salían a las calles para festejar la victoria, dos quintas partes de la población alemana estaba en movimiento, tratando de reubicar sus vidas entre las ruinas. En Europa, 50 millones de personas deambulaban por las carreteras en busca de refugio. Todas ellas habían sido expulsadas de sus hogares.