La caída del Muro de Berlín
El 9 de noviembre de 1989, Günter Schabowski, miembro del Politburó de la RDA, dio una conferencia de prensa, retransmitida en directo por la televisión de la Alemania del Este, para presentar una nueva ley que agilizaba los trámites para viajar al exterior desde la República Democrática Alemana. “Los viajes privados al extranjero podrán ser realizados sin que sea necesario presentar o solicitar condiciones”, afirmó el político comunista. El periodista Riccardo Ehrman preguntó cuándo sería efectiva la ley y el burócrata rebuscó entre sus papeles sin encontrar la fecha, por lo que decidió improvisar: “De inmediato”. Lo que iba a ser una norma para agilizar los permisos para viajar al Oeste se convirtió en un malentendido que hizo caer el Muro horas después. Las televisiones y las radios propagaron la noticia: “¡ La RDA abre la frontera!”. Los puestos fronterizos se llenaron de berlineses del Este, que presionaron a los guardias hasta que finalmente les dejaron pasar al Oeste. Muchos se subieron al Muro y algunos comenzaron a golpearlo con grandes mazas ante las atónitas miradas de los militares de la República Democrática, que no se atrevieron a disparar. Multitud de berlineses del Este se dirigieron al otro lado de la frontera con lágrimas en los ojos. Allí les esperaban personas totalmente extrañas que los abrazaban. La euforia llegó también enseguida al Bundestag de Bonn, donde los diputados de la República Federal entonaron de forma espontánea el himno de Alemania.