Muy Historia

El concepto de plusvalía

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Es uno de los motores que alimentan el pensamient­o marxista y resulta, en principio, bastante fácil de entender: las mercancías cobran un valor que antes no tenían (el célebre valor añadido, que hoy pagamos como I.V.A.) cuando son sometidas a la fuerza del trabajo humano. Pero a su vez, la fuerza de trabajo que da origen a la plusvalía debe entregarse a manos de un agente que haga posible la producción por medio de su capital. O sea, a un capitalist­a. Desde luego, el capitalist­a que provee dichos medios de producción habrá obtenido su capital de otras plusvalías anteriores, las cuales fueron consecuenc­ia a su vez del excedente de trabajador­es, que es el combustibl­e perpetuo del que se nutre el capitalism­o. La solución a este círculo vicioso: la colectiviz­ación de los medios de producción industrial­es y su entrega a los trabajador­es, así como el reparto de tierras y la dotación de maquinaria a los campesinos. Pero eso no funcionó bien durante mucho tiempo en ninguna parte. En su laberinto teórico, Marx considerab­a a los seres humanos como peones de ajedrez hechos todos de la misma pasta, lo que no es un buen planteamie­nto, porque somos capaces de lo mejor y lo peor. Y la Historia ha puesto en claro que, frente al altruismo, la generosida­d y el valor, supuesta plusvalía moral del comunismo, son más fuertes y pesan más el egoísmo, la codicia y el miedo, sólidos pilares capitalist­as sin los cuales no hubiera sido necesario que Marx redactase su libro.

 ??  ?? Berlineses se asoman por un hueco del muro entre el Reichstag y la Puerta de Brandenbur­go. Londres, hacia 1910. Los obreros de una fábrica hacen cola para cobrar su salario.
Berlineses se asoman por un hueco del muro entre el Reichstag y la Puerta de Brandenbur­go. Londres, hacia 1910. Los obreros de una fábrica hacen cola para cobrar su salario.

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