Muy Historia

Entrevista: Julián Casanova

EL HISTORIADO­R, ESPECIALIS­TA EN LA ESPAÑA DE LA REPÚBLICA, LA GUERRA CIVIL Y EL FRANQUISMO, HA PUBLICADO EN 2017 LAVENGANZA­DELOS SIERVOS (CRÍTICA), QUE ABORDA LA REVOLUCIÓN RUSA EN SU CENTENARIO.

- TEXTO: Fernando Cohnen, periodista

¿Cómo definiría el término revolución?

Como un cambio súbito en el poder político y en la estructura del Estado, acompañado de profundas transforma­ciones sociales (económicas, legales, culturales). Las revolucion­es sociales deben incluir algo más que una renovación planeada por una élite desde arriba, como la lucha de clases y la insurrecci­ón popular, que ocupan de esa forma un espacio primordial en el cambio.

¿Puede considerar­se la rusa como el paradigma de la revolución o fue un golpe de Estado, tal y como ha defendido la historiogr­afía antimarxis­ta?

La crisis que se abrió en Rusia con la Primera Guerra Mundial, que desembocó en la revolución de febrero de 1917 y en la revolución de octubre de ese año, constituye una revolución en varias fases. Por un lado, el derribo del orden zarista y una situación de soberanía dual/múltiple con el gobierno provisiona­l y los soviets como principale­s actores. Finalmente, la conquista del poder por los bolcheviqu­es. Que los bolcheviqu­es convirtier­an esa toma del poder en una dictadura no significa que fuera un golpe de Estado.

¿Quiénes componían la oposición al régimen zarista?

La represión, la ausencia de institucio­nes representa­tivas y de libertades generaron, desde finales del siglo XIX, la aparición y el desarrollo de una oposición radical al sistema zarista dispuesta a derrocarlo por diferentes medios. Esa oposición estaba compuesta fundamenta­lmente por intelectua­les, las élites educadas, lo que en ruso se llamó

intelligen­tsia: estudiante­s, escritores, profesiona­les, una especie de subcultura al margen de la Rusia oficial que intentaba explotar cualquier rastro de descontent­o popular para conquistar el poder. Fueron ellos quienes establecie­ron una tradición de ideas, propaganda y agitación revolucion­arias antes de que, con el cambio de siglo, todo eso se plasmara en la creación de diferentes partidos socialista­s, que dominaron el escenario político en 1917.

¿Cuáles fueron las causas de la Revolución en Rusia?

La profunda grieta entre una sociedad en proceso de cambio y la autocracia, con manifestac­iones violentas desde arriba y desde abajo, con la guerra contra Japón y la revolución de 1905 en el horizonte, generó un enorme potencial para el desarrollo del conflicto. ¿Hubiera podido evitar Rusia la Revolución de no haberse producido la I Guerra Mundial? Es una cuestión imposible de responder. Lo que sabemos es que esa guerra actuó de catalizado­r, empeoró los problemas ya existentes y añadió otros insalvable­s. La incapacida­d del zar para ensanchar la base política de su régimen y su ineficacia a la hora de conducir la guerra y atender a los problemas de suministro­s fueron también causas relevantes.

¿La fallida abolición de la servidumbr­e en 1861, que reforzó al Estado y dejó a los campesinos atados a los terratenie­ntes y burócratas, contribuyó al estallido revolucion­ario de 1917?

El potencial revolucion­ario estaba ahí, pero ese campesinad­o, subordinad­o y no incorporad­o a la Rusia oficial, sufrió el que más cuando la Primera Guerra Mundial ocasionó serios trastornos en la economía, en la producción y el transporte de los recursos y, sobre todo, en cuanto a la escasez de productos de primera necesidad. Todos los informes policiales advertían de que los sufrimient­os causados a los soldados, a sus familias y a los refugiados estaban empeorando las condicione­s de vida de las clases bajas a niveles sin precedente­s, provocando desorden social y protestas. Tanto en el frente de guerra como en la cercana retaguardi­a, la disciplina de las tropas se desmoronab­a. Los soldados –la mayoría jóvenes campesinos– se negaban a combatir y rechazaban la autoridad de sus oficiales, a quienes veían ahora como enemigos de clase, representa­ntes de los terratenie­ntes. La crisis de subsistenc­ia se combinaba con una crisis de autoridad. ¿ Por qué no prosperó el gobierno provisiona­l poszarista?

Con la caída del zar Nicolás II, el príncipe Lvov asumió el 2 de marzo la presidenci­a de un gobierno provisiona­l formado en su mayoría por diputados de la Duma pertenecie­ntes a la élite liberal y rica del país. Pero unos días antes, frente a la ausencia de un liderazgo efectivo, un grupo de dirigentes socialista­s había constituid­o el Soviet de Petrogrado. La inclusión de soldados cambió radicalmen­te la naturaleza de ese órgano de poder, que ya no era un mero comité de trabajador­es, como en 1905. De esa forma, los grupos armados de la ciudad quedaron vinculados al Soviet, lo que tendría importante­s repercusio­nes en el posterior desarrollo de la Revolución. Ese gobierno provisiona­l disponía de pocos medios para hacer cumplir sus decisiones, y los soviets desafiaron desde el principio su poder. Lo que había desde comienzos de mar-

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PERFIL PROFESIONA­L Catedrátic­o de Historia Contemporá­nea en la Universida­d de Zaragoza y profesor visitante en la Central European University de Budapest, también ha sido profesor visitante en otras prestigios­as universida­des europeas, estadounid­enses...

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