EL AJUAR DE LA TUMBA DE TUTANKAMÓN
Howard Carter fue el primer arqueólogo en contemplar un ajuar funerario completo del Antiguo Egipto. Poco después de entrar en la tumba, en noviembre de 1922, dijo: “Nunca “Nunca hubiéramos soñado algo así: una habitación repleta de objetos, algunos de ellos familiares, pero otros como jamás habíamos visto, amontonados unos sobre otros en una profusión aparentemente interminable”. El descubrimiento de Carter se convirtió en la mejor oportunidad para comprender el signifificado significado que tenía el mundo del más allá en Egipto. Los egipcios consideraban el ka como una especie de doble del difunto, cuya supervivencia era necesaria para garantizar su existencia en la otra vida. Este ka debía ser alimentado y, por este motivo, se le proporcionaban ofrendas alimentarias y otras piezas, como amuletos y joyas, cuya función era proteger al rey en su viaje nocturno. El faraón disponía en su tumba de ánforas de vino y de una serie de alimentos básicos como pan, cebollas, dátiles, uvas y legumbres, al igual que platos preparados guardados en recipientes cerámicos; entre ellos, un apetitoso manjar preparado a base de carne de cordero condimentada con especias. El vestido era otra necesidad básica, por lo que se introdujeron prendas de lino, túnicas, sandalias y guantes, entre otros muchos complementos. Tampoco podían faltar los ushebtis, unas figuras figuras mágicas destinadas a servir al faraón en la otra vida. Entre los objetos hallados destacan asimismo los relacionados con su papel de gran general de los ejércitos faraónicos: mazas, cuchillos, arcos, bumeranes e incluso varios carros desmontados, unos de tipo ceremonial y otros para cazar.
[viene de pág. 79] alguna razón para justificar la continuidad de unas excavaciones que hasta ese momento no habían tenido el éxito esperado. Su mecenas, un caballero británico apasionado por el estudio del Antiguo Egipto llamado George Herbert de Carnavon, ya le había comunicado su negativa a seguir patrocinando una nueva campaña infructuosa en busca de la tumba de algún faraón del Imperio Nuevo.
LA MALDICIÓN DEL JOVEN FARAÓN
Cuando todo parecía perdido, uno de los jóvenes ayudantes del arqueólogo se presentó el 4 de noviembre en el improvisado campamento que Carter tenía en medio del Valle para comunicarle una noticia asombrosa. Ante sus propios ojos había aparecido, casi sin querer, un pequeño escalón que hasta ese momento había permanecido oculto bajo la arena del desierto. Tras un arduo trabajo, no exento de inconvenientes, se encontró una fabulosa tumba con una cámara funeraria en la que reposaban los restos de un faraón de más de 3.000 años de antigüedad, acompañados por un espectacular tesoro arqueológico compuesto por más de 5.000 piezas de enorme valor, entre las que destacaban un sarcófago adornado con algo más de 140 kilogramos de oro y una máscara funeraria que terminó convirtiéndose en uno de los iconos más representativos del Antiguo Egipto.
El hallazgo de la tumba tuvo tras de sí una historia macabra, marcada por todas las enigmáticas desgracias que se sucedieron y que dieron pie a la creencia en una maldición faraónica. Los problemas empezaron muy pronto. Tras la apertura de la tumba, el primero en caer fue Lord Carnavon, cuyo dinero había hecho posibles los trabajos de investigación y, en consecuencia, la profanación de la cámara funeraria del joven faraón egipcio. La picadura de un mosquito le provocó erisipela, que se complicó después de cortarse con una navaja mientras se afeitaba y degeneró en una grave infección sanguínea. La muerte de Carnavon dio alas a la imaginación. Algunos llegaron a asegurar que un repentino apagón había dejado la ciudad de El Cairo a oscuras momentos después del deceso del millonario británico. Además del trágico fin de Carnavon, se produjeron otras muchas muertes, entre ellas las de varios obreros de la excavación y colaboradores de Carter que fallecieron en extrañas e incluso inexplicables circunstancias, algo que hizo correr la noticia de esta posible maldición por una Europa fascinada con los misterios de tan antigua e influyente civilización africana.
Parte del equipo de Carter murió en extrañas
circunstancias, dando pie a rumores y especulaciones