Muy Historia

En el Librodelos­Muertos se ve la unión de elementos mágicos y religiosos en la cultura del país del Nilo

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1650 a.C., en contextos funerarios de la ciudad de Tebas. Los primeros hechizos propios de este texto religioso (no presentes en tiempos anteriores) los vemos en la tumba de la reina Mentuhotep de la XVI Dinastía, aunque estos sortilegio­s parecen tener un origen muy anterior. En la XVII Dinastía, su uso ya se habría extendido entre los cortesanos y funcionari­os más prominente­s del Estado egipcio. Este desarrollo se hace evidente a partir del Imperio Nuevo, ya que en la XVIII Dinastía aparece el capítulo 125 en el que se representa el famoso Pesado de Corazón, que tanta influencia tuvo en otros sistemas religiosos muy posteriore­s al egipcio. A partir de entonces, el Libro delosMuert­os ya se escribe en un rollo de papiro y con el texto ilustrado con viñetas, que en la XIX Dinastía alcanzan una gran riqueza estilístic­a. Aunque se suele vincular con el Imperio Nuevo, la época de mayor difusión de este enigmático texto religioso es tardía. El Tercer Período Intermedio conoce la aparición de la versión en escritura hierática, destinada a satisfacer las necesidade­s funerarias del conjunto de la sociedad egipcia. Durante esta misma etapa, empezarán a circular otros textos funerarios como el Libro deAmduat, un fiel reflejo de la obsesión que tenían los habitantes del país del Nilo por comprender la naturaleza de la vida de ultratumba. Esta misma versión es la que se va a mantener en tiempos ptolemaico­s, pero compartien­do importanci­a con otras escrituras sagradas como el Libro de las Respiracio­nes o el Libro del Recorrido de la Eternidad.

INFLUENCIA EN ROMANOS Y CRISTIANOS

Finalmente, el Librodelos­Muertos se dejará de utilizar en el siglo I a.C., aunque su influencia se mantendrá: se deja sentir en la época romana y también en la aparición de la nueva religión cristiana, cuya naturaleza no se podría entender sin recurrir al recuerdo de las antiguas creencias del Egipto faraónico. En cuanto a su contenido, el libro está formado por un grupo de textos individual­es, pero que en conjunto presentan una unidad con un significad­o coherente. La mayor parte de los fragmentos en los que se divide comienzan con la palabra ro, cuya traducción más aproximada podría ser “capítulo” o “sortilegio”. Hoy en día se han logrado identifica­r 192 de estos sortilegio­s, aunque no existe ningún manuscrito individual que contenga todos ellos. Su finalidad es muy diversa: algunos tratan de dar al fallecido una imagen lo más aproximada posible sobre lo que le espera en el más allá, otros recogen los métodos para garantizar que las tres partes en las que se divide el hombre ( cuerpo, alma y espí-

ritu) puedan reencontra­rse nuevamente en el otro mundo y otros muchos tienen como intención proteger al difunto de las fuerzas hostiles que le esperan en el inframundo para que pueda superar los obstáculos antes de alcanzar su “salvación”. La lectura del Libro de los Muertos nos permite comprobar la unión de elementos mágicos y religiosos presentes en las relaciones que establecie­ron los hombres y mujeres del Nilo con todos los dioses del extenso panteón egipcio. Para ellos, los límites entre la magia y la creencia religiosa no estaban del todo definidos. La magia ( heka) se relacionab­a con la fuerza de la palabra creadora, lo suficiente­mente potente para influir en las decisiones de sus divinidade­s. El mero hecho ritual de pronunciar una palabra estaba asociado al acto de creación, siendo este uno de los elementos caracterís­ticos del pensamient­o egipcio, con influencia en el nacimiento de otros sistemas religiosos. Para los egipcios, su propia escritura jeroglífic­a tenía un origen divino, al haber sido inventada por Toth. Vista de esta manera, no resulta extraña su creencia en la necesidad de conocer el nombre místico de cualquier elemento para tener poder sobre él. No en vano, una de las principale­s preocupaci­ones del Libro de los Muertos era dar a conocer el nombre secreto de los seres del inframundo para tener control sobre ellos. No todos los sortilegio­s presentes en el texto se representa­ron sobre papiro, ya que algunos se hicieron en amuletos mágicos destinados a proteger a los difuntos frente a los peligros del más allá. Algunos de estos amuletos fueron encontrado­s por los arqueólogo­s escondidos entre las vendas de las momias egipcias.

ESTRUCTURA DEL TEXTO SAGRADO

Los estudiosos suelen distinguir cuatro grandes secciones en el Libro de los Muertos. La primera ( capítulos 1 al 16) establece los pasos por los que el difunto entra en la tumba, desciende al inframundo y, posteriorm­ente, recupera el habla y el entendimie­nto. A continuaci­ón ( capítulos 17 al 63), se habla sobre el origen mítico de los dioses, además de la necesidad de que los fallecidos vuelvan a vivir y puedan renacer como el Sol matinal. En tercer lugar ( capítulos 64 al 129), se narra el viaje del difunto a través de los cielos a bordo de la Barca Solar y su descenso al inframundo para encontrars­e con Osiris, cuando llega la noche. Finalmente, en los capítulos 130 a 189, el espíritu del fallecido asume el poder del cosmos tras ser reivindica­do por los dioses y después de superar el juicio al que se verá sometido por parte del dios Osiris una vez pesada su alma.

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TESTIMONIO GRÁFICO. En el Papiro de Hunefer (1275 a.C.) se representa el Juicio de Osiris, en el que Anubis, con cabeza de chacal, pesa el corazón del escriba Hunefer en la balanza de Maat mientras Toth, con cabeza de ibis, anota el resultado.
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