El matrimonio con el mar
Analizamos un famoso cuadro del pintor italiano Canaletto, que representa el ritual con el cual el dogo de Venecia sellaba cada año el pacto de la República con el océano.
El Bucintoro (galera del dux) regresa al muelle en el día de la Ascensión junto a su cortejo nupcial. Se acaban de celebrar los esponsales con el mar. A bordo del Bucintoro –el barco repujado en oro, a la derecha del cuadro– va el dux de la República de Venecia. Esta festividad tiene origen en el día de la Ascensión del año 1000, cuando se celebró una ceremonia de plegaria al mar por la expedición a la Dalmacia de la flota del dux Pietro II Orseolo. Se pedía que el mar favoreciese la expansión de la República veneciana.
UNA CEREMONIA SIMBÓLICA
Ya en 1177, siendo dogo Sebastiano Ziani, empezaron a celebrarse los esponsales con el mar tras la firma de la Paz de Venecia que puso fin al conflicto entre el papa Alejandro III y el emperador Federico I “Barbarroja”. En agradecimiento, el Dux obtuvo del Papa un anillo que debía lanzar al mar en ese día, simbolizando así la unión indisoluble entre el océano y la República. A partir de entonces, cada año, el dogo y otros nobles venecianos se dirigían en el Bucintoro al puerto de San Niccolò di Lido junto a una procesión de barcos. Allí, el dux lanzaba el anillo al mar y decía en latín: “Te desposamos, mar, como señal de verdadero y perpetuo dominio”. A lo largo de la Historia de Venecia, hubo varios Bucintoros. En el cuadro aparece el último de ellos. Construido en 1727, tenía 35 metros de eslora y un característico baldaquino forrado de terciopelo rojo. Esta formidable galera fue destruida por las tropas de Napoleón Bonaparte en 1798, y sus adornos resultaron saqueados.