Sobre la cima del mundo laboral
Me siento como si el mundo se hubiera abierto y yo tuviera todas las llaves”: estas palabras escribió Maggie White (1904-1971) a su madre cuando abandonó el campus universitario de Cleveland para mudarse a Nueva York. La acababan de fichar como fotógrafa en una de las publicaciones más importantes de Estados Unidos, Life. Adoptó el apellido de su madre y se transformó en Margaret Bourke-White, aunque sus compañeros la apodaron “Maggie la Indestructible”. Fue la primera y única mujer del equipo de cuatro fotógrafos de plantilla que tuvo la revista en sus inicios. En más ocasiones durante su vida, Maggie fue la primera mujer en algo, y también la primera persona en conseguir muchos retos. En 1930, logró ser la primera persona autorizada a fotografiar la industria de la Unión Soviética. Y en 1941, cuando Alemania invadió la URSS, era la única periodista que se encontraba en territorio soviético. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue la primera mujer americana acreditada como fotógrafa de guerra y la primera en conseguir autorización para viajar en misiones de combate con el ejército, y tomó las primeras fotografías documentando el horror del campo de concentración de Buchenwald, cuando fue liberado. En la foto, captada en el año 1934, la protagonista es la propia Margaret Bourke-White con una cámara fotográfica entre las manos, encaramada sobre una de las cabezas de águila que adornan el edificio Chrysler a la altura de la planta 61. Aunque no es el edificio más alto ni el más importante de Manhattan, sigue siendo el preferido de los neoyorquinos... y también era el de Maggie.