Hasta el infinito y más allá...
Alo largo de la Historia, los seres humanos han necesitado abrir horizontes; buscar y dominar nuevas tierras con fines económicos, comerciales, religiosos, e incluso en pos de mezclarse con otros pueblos como solución al problema de la endogamia. Desde tiempos pretéritos, la navegación fue el medio de comunicación y exploración más extendido. De los fenicios a los vikingos, mares y océanos han sido las vías que permitieron conocer y superar los límites del mundo conocido. Además, la aportación española al conocimiento geográfico del orbe ha sido ingente. Desde nuestras costas zarparon naves que descubrieron nuevos territorios, recorrieron todos los continentes y abrieron vías alternativas de comercio y comunicación entre los pueblos. Entre los siglos XV y XVII, las dos naciones peninsulares rivalizaron por dominar la navegación marítima, pero finalmente fueron dos los hitos que hicieron inclinarse la balanza a favor de España. Primero, el descubrimiento y colonización de un nuevo continente, América, que transformó los mapas y determinó un nuevo escenario geopolítico del planeta. Y no mucho tiempo después, también fueron barcos con bandera española los que protagonizaron la hazaña definitiva: ahora se cumplen 500 años del inicio del proyecto de la primera vuelta al mundo, comenzada por Magallanes con 5 naves y 260 tripulantes y terminada, a duras penas, por Elcano, con solo una maltrecha nao y 18 supervivientes. Sirvan estas páginas como reconocimiento a todos los que se dejaron arrastrar por la curiosidad y tuvieron la osadía y la valentía de traspasar los confines de su tierra, arriesgando vidas y carreras para conquistar nuevos horizontes y descubrir otros mundos.