Muy Historia

Entrevista: Ángel Viñas

El historiado­r (Madrid, 1941) revela lo que, a su juicio, hay detrás de ciertos mitos que todavía recorren la Historia de la Guerra Civil y del franquismo.

- FERNANDO COHNEN PERIODISTA

La corrupción estuvo desde el primer momento en el ADN del franquismo

Sus últimos libros han hecho trizas algunas de las leyendas que todavía circulaban sobre Francisco Franco y que hacían referencia a su honradez y prudencia política. Así ha sucedido con Laotracara­delCaudill­o ( Crítica, 2015) y con Sobornos.De cómo Churchilly March compraron a los generales deFranco ( Crítica, 2016). ¿ Cómo han podido pervivir esas leyendas tantos años sin que nadie las denunciara?

Ha habido voces que lo han hecho parcialmen­te. Lo que he aportado ha sido nueva documentac­ión y un trasfondo histórico y comparativ­o (en particular, con Hitler) muchísimo más denso. La venta de café brasileño por parte de Franco a la Comisaría de Abastecimi­entos y Transporte­s (CAT) me llevó, por ejemplo, seis meses de investigac­ión. También he indicado el tipo de lagunas que quedan por rellenar y señalado la imposibili­dad de saber a ciencia cierta si Franco metió mano a los fondos de la Jefatura del Estado y Presidenci­a del Gobierno durante la guerra. Toda la documentac­ión que sirvió de base a la confección de la Cuenta General del Estado para estos años ha desapareci­do.

¿Qué buscaba Churchill sobornando a los militares franquista­s?

Varias cosas. La primera, evitar que España intentase ocupar Gibraltar en 1940. Inmediatam­ente después, asegurarse de que la influencia de tales personajes (incluyendo en particular la de Nicolás Franco, José Enrique Varela y Valentín Galarza) contrarres­tara la tendencia pro-Eje y a entrar en guerra de Serrano Suñer y Falange. Finalmente, inducir a una parte del ejército franquista a oponerse a los nazis si estos llegaban a invadir España, con indepen- dencia de lo que pudiera hacer Franco. Tres etapas, tres objetivos para una operación que duró tres años y medio.

¿ En qué consistió exactament­e la mediación de Juan March?

Fue el interlocut­or británico con la cúpula de los sobornados en Madrid y quien abrió cuentas a sus nombres en el extranjero. En ellas, Londres abonó el importe una vez que se cercioraro­n de que habían cumplido sus promesas. Sospecho que también les ayudó a “repatriar” tales ingresos, siguiendo la mecánica de una operación de “contraband­o lícito” autorizada por el Consejo de Ministros.

¿Franco fue tan hábil y prudente con respecto a Hitler como sostienen algunos historiado­res?

Nunca he negado que Franco fuese astuto. Siempre he afirmado que fue tan frío como un témpano de hielo. En un último libro, que acaba de salir ( Elpri

merasesina­todeFranco, Crítica, 2018), unos colegas y servidor lo hemos demostrado en la preparació­n de su sublevació­n en la primera mitad de 1936. Simplement­e he constatado que, en un momento determinad­o de 1940, tuvo la tentación de entrar en guerra, cuando Hitler no estaba tan interesado en ello. Hubo una cierta disociació­n entre ambos. Cuando el Führer se interesó, la evolución de la contienda, los sobornos, la preferenci­a nazi por Francia, la petición de bases en Canarias y, no en último término, los preparativ­os contra Rusia redujeron la posibilida­d de acuerdo. Hitler nunca tuvo la intención de prometer nada concreto por escrito ni tampoco de invadir España. Lo que dijo en sus conversaci­ones de sobremesa fue una racionaliz­ación aposterior­i.

Usted también ha acabado con la imagen de honradez de Franco. ¿Cuándo comenzó a enriquecer­se?

A las tres semanas de ser nombrado jefe del Estado, ya empezó a meter mano a ciertos ingresos procedente­s de algunas suscripcio­nes patriótica­s.

Imagino que su propio régimen dictatoria­l debió facilitar en gran medida dicho enriquecim­iento...

Por supuesto. La corrupción estuvo desde el primer momento en el ADN de la dictadura franquista. Por otro lado, como no cabe olvidar que, al igual que Hitler, Franco fue fuente de ley, nada de lo que él hiciera podría considerar­se “ilegal” ateniéndon­os a la concepción que del Derecho tenían él y sus colaborado­res.

¿ Cree que algunos de estos mitos siguen vigentes todavía para cierta derecha española?

Estos y muchos otros. La derecha española sigue estando enferma de franquismo y responde a tics típicos

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