STANLEY G. PAYNE
El historiador e hispanista estadounidense Stanley George Payne (Denton, Texas, 1934) nos acerca su visión más crítica sobre los debates historiográficos contemporáneos referentes a la Segunda República y la Guerra Civil española.
Cómo definiría la Historia de España? Es muy rica y muy extensa. Ningún otro país tiene una Historia tan rica y llena de conceptos, mitos y leyendas. Se ha descrito con conceptos muy controvertidos: paraíso multicultural, Reconquista, país insurreccional, país de cultura romántica, sociedad revolucionaria, democracia antifascista, etc. Es difícil encontrar otro país europeo con una Historia tan singular como la de España.
Y una de sus singularidades, según usted, es la Leyenda Negra. En realidad, la Leyenda Negra es un tópico clásico y el mito que más ha contribuido a dar forma a la imagen de España en el exterior. El mundo siente animadversión hacia el poder dominante, como ocurre ahora con Estados Unidos. Y en el siglo XVI, España era un imperio muy poderoso y muy odiado. La Leyenda Negra fue, sobre todo, obra de ingleses en la segunda mitad del siglo XVI, durante el período de enfrentamiento entre los dos países, y perduró durante generaciones posteriores. En ella se observan grandes dosis de envidia y resentimiento.
Leyendo su libro En defensa de España. Desmontando mitos y leyendas negras ( Espasa, 2017), tengo la sensación de que usted piensa que los españoles no le damos especial relevancia a nuestra propia Historia. ¿Estoy en lo cierto? La verdad es que hay muchos historiadores españoles que tratan en profundidad diversas etapas históricas del país. No se puede decir que no se hagan estudios de Historia. De hecho, se editan muchos libros y algunos de ellos son muy buenos. Pero es verdad que luego hay un cierto descuido por la Historia a otros niveles.
¿ A qué niveles se produce ese descuido, a su juicio? Tiene mucho que ver con el deterioro de la educación en España. En las escuelas y en las universidades, la Historia está en horas bajas. Los recursos dedicados a ella en la educación secundaria son cada vez menores y apenas recibe atención por aquellos que diseñan los planes de estudio. Pero ese descuido por la Historia también se percibe en otros aspectos; por ejemplo, en las placas que exhiben algunos monumentos, en las que se impone una visión un tanto fantástica de la Historia.
¿A qué tipo de placas se refiere? Entre otras, las que tienen que ver con aspectos concretos de lo que ahora se denomina memoria histórica y que imponen una interpretación políticamente correcta de lo sucedido. Hay que liberar a la Historia de la política. Sé que esto es muy difícil y también sé que ocurre en otros países, pero en España esa apropiación de la Historia por parte de los políticos es más extremista. Hay que desmitificar el papel que jugaron algunos políticos en la Historia y ver lo que hicieron de verdad desde otras ópticas más realistas.
¿ Se refiere a casos como el de Manuel Azaña? En su libro, usted sostiene que practicó maniobras antidemocráticas que desembocaron en la Guerra Civil, lo que resulta muy controvertido. No era un revolucionario violento, pero la política de Azaña, tras las elecciones que ganó el Frente Popular, ayudó a los revolucionarios. Les acabó entregando el poder el 19 de julio de 1936, cuando permitió que José Giral, el recién designado presidente del Consejo de Ministros, les diera las armas.
También critica usted en el libro al presidente de la Segunda República, Niceto Alcalá-Zamora. Tuvo un papel muy negativo, y ni siquiera era izquierdista, era del centro- liberal. Alcalá- Zamora era un hombre narcisista que interfería en el funcionamiento normal del Gobierno parlamentario. Lo hizo en mayor medida que el criticado Alfonso XIII. Su mayor error fue negar el poder a la CEDA ( Confederación Española de Derechas Autónomas) de Gil
La Leyenda Negra es el mito que más ha contribuido a dar forma a la imagen de España en el exterior
Robles, en diciembre de 1935, lo que fue una irresponsabilidad. Si hubiera permitido a las Cortes continuar su ciclo constitucional hasta 1937, es posible que se hubieran aprobado nuevas leyes y reformas que hubieran aportado más calma y estabilidad al país. Como ideal personal, Alcalá-Zamora respetaba la democracia, pero en la práctica fue un manipulador que trató de imponer su pro- pio partido de centro para acabar con la CEDA, la formación que realmente representaba ese ideario político.
¿ Hubo algún momento en que se pudo haber evitado el golpe de Estado militar de 1936?
Claro que se pudo evitar. Los propios militares no querían sublevarse. Había muchas posibilidades de que un levantamiento militar fraca- sara, y si ellos se rebelaban y fracasaban sabían que serían fusilados. Salvo una minoría, de en torno a un quince por ciento, la mayor parte de los militares no tenía ningún entusiasmo por la sublevación.
Pero el hecho es que se rebelaron...
Pero se lo pensaron mucho. Tuvieron muchas dudas hasta que asesinaron a José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936. Fue en ese momento cuando se convencieron de que había llegado el momento de actuar.
Franco fue un dictador durante cuarenta años, pero también el modernizador definitivo de España
Muchos historiadores opinan que el golpe de Estado militar se comenzó a gestar bastantes meses antes del asesinato de Calvo Sotelo.
Todo lo que ocurrió en esos momentos demuestra que la rebelión militar se fraguó tras ese magnicidio. A partir del 13 de julio, Mola ya no tuvo ninguna duda, lo mismo que Franco, que hasta entonces se había mostrado reacio a la rebelión.
A los pocos meses del golpe de Estado, el general Franco se autoproclamó caudillo y tomó prácticamente todo el poder en el bando sublevado. ¿ Hubo alguna oposición por parte de otros militares rebeldes?
Había oposición, sobre todo de los mandos más liberales. Pero Mola era inferior en rango a Franco y Queipo de Llano sabía que no tenía muchas posibilidades, sobre todo por su pasado republicano. Los militares rebeldes pensaban que iban a derrotar a los republicanos en un mes, lo que permitiría formar un gobierno temporal autoritario para posteriormente plantear un plebiscito con el fin de elegir un régimen republicano o monárquico. Pero pronto compren--
dieron que se encontraban envueltos en una guerra total y para ganarla era necesaria una unidad de mando. Fue por esta razón por la que fue elegido Franco para ese puesto, porque era el militar mejor valorado en el Ejército.
¿ El general Manuel Goded podría haber sido una alternativa a Francisco Franco?
Por supuesto. Goded era un hombre que apoyaba la recuperación de una República democrática y los militares más liberales lo apoyaban a él más que a Franco. Cuando Mola le asignó el mando en Valencia, Goded cometió el enorme error de ir a Barcelona para encabezar la rebelión. Los sublevados tenían más apoyo en Valencia que en Barcelona. Es muy probable que Goded hubiera triunfado en Levante, dejando a los nacionales en una situación privilegiada. Si hubiera tomado la decisión que le propuso Mola, es posible que la guerra hubiera finalizado antes y también es posible que Franco no hubiera sido elegido caudillo. Si hubiera sobrevivido a la guerra, Goded se habría opuesto frontalmente a la dictadura de Franco. Pero decidió ir a Barcelona, donde los republicanos lo derrotaron y acabaron fusilándolo el 12 de agosto de 1936.
¿Cómo valora los primeros años de la posguerra y la dictadura franquista?
Los aspectos más negativos de la dictadura fueron la represión sangrienta en los primeros años de posguerra, su apoyo al Eje en la Segunda Guerra Mundial y la larga represión de algunos derechos civiles. Todo esto es cierto. Para la población, los años de posguerra fueron casi más
duros que los de la Guerra Civil. La economía española estaba sometida al ostracismo internacional y el nivel de vida per cápita de 1935 no se recuperó hasta 1951.
Usted afirma en su libro que el dictador Franco fue un modernizador del país. ¿ Sabe que le tildan de historiador revisionista por esta y otras declaraciones suyas respecto a la Segunda República y la Guerra Civil?
Lo sé. Pero hay que atenerse a la Historia y no a los mitos. Como ese que sostiene que la prosperidad y la modernización de España llegaron con la democracia una vez que el país se liberó del dictador, lo que es totalmente falso. Porque, a pesar de los errores que cometió, es indudable que Franco logró el desarrollo económico y tecnológico del país, convirtiendo a España en una nación próspera y moderna. Hay que ser justo con Franco. Sin duda fue un dictador durante cuarenta años, pero también el modernizador definitivo de España.