Stalin habría conquistado Europa en 1946
El primer gran héroe americano no solo era contrario a la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial, sino que sus simpatías políticas se inclinaban peligrosamente hacia la Alemania nacionalsocialista.
Fue el primer ídolo mediático del siglo XX. En 1927, a los mandos del aeroplano monomotor Spirit of St. Louis, el joven Charles Lindbergh (1902-1974) cruzó el Atlántico en solitario, de oeste a este, uniendo América con Europa en un vuelo sin escalas que enlazó los 6.000 km que separan Nueva York de París en 33 horas y 32 minutos y le valió la Medalla de Honor del Presidente. Aclamado como héroe, en 1932, en la cima de su popularidad, el secuestro y asesinato de su hijo de 20 meses –“El Crimen del Siglo”, según la prensa sensacionalista de la época– le granjearon la simpatía y compasión del mundo entero.
Tras la tragedia, el as de la aviación e ingeniero se trasladó a Europa con su familia para estudiar la organización de las fuerzas aéreas de varios países; la Luftwaffe alemana entre otras. De origen sueco, hijo de un congresista de Detroit que en 1917 se había opuesto a la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, a su regreso a Estados Unidos, en 1939, el joven Charles recorrió el país como miembro del grupo de presión política de extrema derecha America First Committee participando en mítines contra la intervención norteamericana en Europa y declarándose ferviente partida- rio de Adolf Hitler, de la eugenesia y del aislacionismo estadounidense. En Los Angeles, identificó ante 30.000 personas a “las fuerzas que nos quieren empujar a una guerra que no es nuestra: los británicos, la administración Roosevelt y los judíos norteamericanos”.
En su novela Laconjura contraAmérica, Philip Roth da un paso más y le hace participar en la carrera por la Casa Blanca, presentándole a las elecciones de noviembre de 1940 y haciéndole vencer en las urnas a Franklin D. Roosevelt. La realidad es que Lindbergh nunca llegó a presentarse, a pesar de las peticiones recibidas por parte del Partido Republicano; que el viejo Roosevelt derrotó a los aislacionistas con un insólito tercer mandato que le dio el 54% de los votos. Y que el Comité América Primero se autodisolvió tras el bombardeo japonés a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, y la entrada de Estados Unidos en la contienda. Caído en desgracia, durante la Segunda Guerra Mundial Lindbergh actuó como técnico de las compañías fabricantes de aviones y llevó a cabo misiones en el Pacífico Sur y en Europa al servicio de las fuerzas aéreas estadounidenses, con lo que logró recuperar algo de su deteriorada imagen pública.