Proezas al amparo del Tercer Reich
Del mismo modo que en 1937 sobrevoló los Alpes en un planeador –la primera mujer en lograrlo–, Hanna Reitsch (1912-1979) también fue la primera piloto que manejó el helicóptero construido por Henrich Focke denominado Focke-Wulf Fw 61. Con este aparato, hizo el primer vuelo bajo techo de un helicóptero en 1938, en la Deutschlandhalle de Berlín (en la foto). Considerada como una de las mejores pilotos de la flota aérea alemana, Reitsch obtuvo varios récords deportivos y, por su afiliación militante al Partido Nazi, fue piloto de pruebas en la Fuerza Aérea Alemana (Deutsche Luftwaffe). En las operaciones militares sufrió lesiones y heridas, a lo que la nación germana correspondió otorgándole la Cruz de Hierro de Primera Clase –se convirtió en la única mujer de la historia de Alemania en recibir tal reconocimiento– y la Cruz de Hierro de Segunda Clase. El gobierno nazi también le confirió el Distintivo Aéreo Militar de Oro con Diamantes. En abril de 1945, cuando Berlín, último bastión nazi, se encontraba sitiada por las fuerzas soviéticas, los mejores pilotos de la aviación alemana recibieron una llamada desesperada que los instaba a presentarse en la Cancillería. Hanna Reitsch acudió a esa convocatoria y, tras un vuelo de alto riesgo, en el que logró eludir las baterías antiaéreas de los aliados, aterrizó su avión Fieseler Fi 156 Storch con maestría en pleno centro de Berlín, a pocos metros del búnker. Allí se entrevistó con Hitler –dos días antes de su suicidio junto a Eva Braun– y la historia oficial cuenta que, tras esa reunión, la piloto escapó de Berlín sin más compañía que la de su avión.