Federica Montseny y Hannah Arendt
El polifacético escritor reivindica el reconocimiento a la labor y la lucha de estas dos figuras coetáneas del siglo XX: la política española Federica Montseny (1905-1994) y la filósofa judía Hannah Arendt (1906-1975). Ambas fueron heroínas en la defensa
“Dos de mis personajes históricos preferidos son Federica Montseny y Hannah Arendt. La española Federica Montseny Mañé fue una militante anarquista que luchó por cambiar el mundo que le tocó vivir y sufrir. Muy crítica con el Estado, fue, sin embargo, la primera mujer en ocupar un cargo ministerial en la España de la Segunda República, y una de las primeras de Europa Occidental. Todavía hoy, más de 80 años después, su concepción de la política social resulta adelantada. Escribió decenas de novelas cortas para mujeres proletarias, mientras con su oratoria y sus artículos propagaba sus ideas revolucionarias ucionarias sobre pedagogía, feminismo, pensamiento crítico co o libertad individual. En cuanto a Hannah Arendt, fue ue una filósofa judeoalemana exiliada a causa del nazismo. Durante el juicio en Israel a Adolf Eichmann, alumbró un nuevo modo de entender el mal y sus consecuencias: ecuencias: la posibilidad de ir más allá y tratar de hallar la razón por la que el mundo, ndo, no solo Alemania, pudo llegar a la a brutalidad total. Su análisis de los totalitaotalitarismos, de la colaboración judía, día, de la banalidad del mal, de las revoluciouciones o de la democracia directa aún tienen mucho que enseñarnos, os, si no queremos dar el mando a nuesuestra ignorancia y cobardía. Elijo a estas dos mujeres por varias razones. A una, Federica, por imaginar un mundo mejor para todos, pleno de libertad e igualdad; a la otra, Hannah, por luchar por el entendimiento, el perdón real y la autocrítica. Ellas, en su momento, supieron articular una acción y una teoría que sirvieron de ejemplo, de inspiración, de utopía y de crítica. Se convirtieron en figuras tan incómodas como admiradas. Eso sí, fueron anacrónicas en muchos sentidos y también se equivocaron, lo que las hace más perfectamente imperfectas.
MÁS VISIBILIDAD PARA ESTAS Y OTRAS MUJERES
Ninguna de las dos tiene el reconocimiento histórico que se merece: son mujeres, lo que las coloca en la tercera división de los reconocimientos. reconocimie Me pregunto si el estudio de la historia actual quie quiere solo titulares, personajes llamativos. Yo prefiero la idea id de Benjamin del “trapero de la historia”. Ahora tendem tendemos a confundir lo brillante con lo profundo; como decía el tango: “Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burr burro que un gran profesor”. Ahora que esto estoy estudiando las vidas de estas dos grandes mujeres tengo una sensación extraña, mitad mi vergüenza, mitad orgullo, de que querer entender y vivir en el mundo que imaginaron”.