ESPARTACO: JAQUE A LA REPÚBLICA
La revuelta de esclavos más famosa de la historia – por cortesía de la gran película de Stanley Kubrick ( Espartaco, 1960, protagonizada por Kirk Douglas y Laurence Olivier) y de la serie de televisión homónima ( 20112013)– sucedió entre los años 73 y 71 a.C. y tuvo como instigador y líder, según las fuentes romanas, a un siervo tracio de 40 años de edad que había sobrevivido como gladiador gracias a su increíble fortaleza física. Formado en la escuela de gladiadores de Capua dirigida por Léntulo Batiato y, cuentan los cronistas, culto e inteligente, Espartaco ideó y llevó a cabo una rebelión destinada, en principio, solamente a escapar de su encierro junto a varios compañeros. Pero en su huida se toparon con un convoy que transportaba armas y, tras apoderarse de él, se hicieron fuertes en las proximidades del Vesuvio. Aquello fue el germen de la creación de un ejército de desposeídos que se conjuraron para nunca volver a la esclavitud y que plantaron batalla a las legiones romanas durante casi dos años, en la que también es conocida como tercera guerra servil, guerra de los esclavos o guerra de los gladiadores. La cosa se puso tan fea para Roma – el tracio llegó a reunir a 70.000 hombres y marchó hacia la Ciudad Eterna con ellos– que se colocó al mando del operativo para vencerlos al pretor Marco Licinio Craso ( más tarde, triunviro con César y Pom- peyo), quien además tenía un interés personal en el asunto: se dedicaba, entre otras cosas, al tráfico de esclavos. Finalmente, con la ayuda de Pompeyo y Lúculo, los revolucionarios fueron derrotados y mayoritariamente ejecutados, pero su sueño de libertad quedaría para siempre en los anales de la lucha por un mundo más justo y más humano.