EL AÑO SABÁTICO DE OCTAVIO EN TARRACO
Durante algo más de un año, del 26 al 24 a.C., Octavio Augusto residió en Tarraco (Tarragona) para recuperarse de problemas de salud que le afectaron durante la mayor parte de su vida: sufrió constantes eczemas, colitis y gripes de los que sería curado más tarde por un médico griego, Antonio Musa, que con ello ganó la libertad. Fue sin duda una decisión excepcional del emperador la de pasar tanto tiempo alejado de Roma, pues tuvo que ejercer in absentia su noveno consulado y parte del décimo. También se dice que en las guerras cántabras, de las que venía cuando decidió pasar ese año sabático en Tarraco, estuvo a punto de recibir el impacto de un rayo, lo que le habría inquietado. Hay quien habla de su miedo ante la ferocidad de los cántabros y la inesperada resistencia que opusieron a las legiones, factores que habrían aconsejado poner tierra de por medio respecto al frente de batalla. En cualquier caso, durante ese tiempo, Tarraco floreció como “capital provisional” del emperador, quien contribuyó a su engrandecimiento (en la foto, anfiteatro romano de Tarragona). Además, durante su estancia Augusto tomó decisiones de gran importancia para Hispania: en el año 25 a.C. fundó la ciudad de Emerita Augusta (Mérida), en la que licenció a los veteranos de las guerras cántabras, y más tarde Iliua Ilici, origen de la actual Elche, en la que se establecieron más soldados licenciados.