UNA DINASTÍA MUY LITERARIA... Y CINEMATOGRÁFICA
La época de los emperadores julio-claudios ha sido una de las que más páginas ha llenado y más metraje fílmico ha ocupado. Su vida privada resultó tan ajetreada que ya fue glosada con delectación en sus detalles más morbosos por autores romanos como Tácito, Plutarco o Suetonio, aunque siempre queda la duda de si lo hacían con objetivos políticos para dañar su memoria ( damnatio memoriae).
Pero ha sido en el siglo XX cuando sus más libertinos y despiadados personajes han fascinado a lectores y espectadores. Sin duda, la obra cumbre en este aspecto es la celebérrima novela histórica Yo, Claudio, publicada por Robert Graves en 1934 y llevada a la televisión en 1976 en una serie de culto de la BBC, en la que Derek Jacobi interpretaría de manera inolvidable al emperador que se hacía pasar por tonto. La familia también ha dado lugar a obras de teatro, como el Calígula de Albert Camus (1944), y a superproducciones de la época dorada de Hollywood, como Cleopatra (1963, Joseph L. Mankiewicz), con Elizabeth Taylor, Richard Burton y Rex Harrison en el triángulo amoroso Cleopatra-Marco Antonio-César. Por su parte, Peter Ustinov fijaría la imagen de Nerón como emperador loco en Quo Vadis (1951). Ha habido hasta cintas pornográficas, como el Calígula de Tinto Brass (1979). En la actualidad, la pasión por esta época ha pervivido con series como Roma (2005).