Paso del Rubicón
11 de enero de 49 a.C.
El Rubicón, un pequeño río, era la frontera de Roma (Italia) con la Galia Cisalpina. En tiempos de la República, ningún general podía atravesarlo con su ejército sin quedar fuera de la ley y desencadenar una guerra civil. Eso hizo Julio César al atardecer de aquel día: tras bañarse y cenar, se dirigió con sus fieles legiones a la orilla y, alzando el brazo y parafraseando al griego Menandro – Alea jacta est (La suerte está echada o El dado está en el aire)–, cruzó el Rubicón (arriba, grabado) e inició la crisis que traería el Imperio Romano.