¿EXISTÍA EL TEATRO EN EL PAÍS DE LOS FARAONES?
PARECE SER QUE SÍ SÍ. Aunque la idea general es que el origen del teatro se sitúa en Grecia, en el Antiguo Egipto se celebraba algo similar a las típicas escenas dramáticas creadas en el país heleno. Algunos de los testimonios más antiguos sobre la existencia del teatro –o si se prefiere, de un tipo de dramatización– en Egipto están bien evidenciados. Por ejemplo, una de las estelas de la ciudad de Edfu revela el texto de un cómico profesional egipcio, quien dice haber acompañado a su amo en giras y haber realizado diálogos e interpretado papeles. Hace alusión, en concreto, a la representación del mito de Osiris.
Se sabe que, en las festividades celebradas en honor de Osiris, los adornos, la coreografía y el canto tenían un lugar importante. De hecho, los trajes, el decorado y los accesorios eran preparados con minucioso cuidado por artesanos. Al evento se le añadían cantos especiales y danzas, además de sacrificios. Se ponía especial cuidado en iluminar bien las ciudades por la noche, al igual que el templo del dios donde se llevaban a cabo las dramatizaciones de los mitos osíricos, organizadas por sacerdotes y nobles (en Grecia, para la preparación de las dionisíacas, se confiaba también en los ciudadanos más notables). Aunque existen discrepancias sobre el alcance real de este primitivo teatro egipcio, lo cierto es que no parece descabellado que, para avivar el interés del pueblo, los organizadores de aquellas fiestas hiciesen interpretaciones dramatizadas de los acontecimientos más destacados de la vida de los dioses, como un acto con música, baile y un triunfante desenlace: la deificación del faraón.