Martín Lutero, papa de Roma
La rebelión de Lutero contra la jerarquía de la Iglesia Católica provocó el cisma de la cristiandad y las sangrientas Guerras de Religión europeas de los siglos XVI y XVII. Pero todo podría haber sucedido de otro modo.
Afines de la Edad Media, la Santa Madre Iglesia Católica Romana atraviesa una crisis profunda: pensadores, políticos y feligreses la acusan de corrupción y cuestionan la jurisdicción del papa sobre toda la cristiandad. De fondo, late el deseo regenerador de volver a un cristianismo primitivo basado en los Evangelios. El detonante de la crisis será la venta fraudulenta de indulgencias para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma; y será su impulsor Martín Lutero, un monje agustino de 34 años.
El 31 de octubre de 1517, el joven teólogo clava en la puerta de la iglesia de Wittenberg (Sajonia) sus famosas 95 tesis, en las que esboza su “doctrina de la salvación, por las obras y por la fe”, sin sacramentos ni clero interpuesto. Será el documento fundacional de la Reforma protestante, rápidamente difundido por toda Alemania gracias a la naciente imprenta. A partir de Lutero, la cristiandad se divide entre católicos, obedientes a Roma, y protestantes, con una gran diversidad de iglesias, nacionales (anglicanos, luteranos) y congregacionales (anabaptistas, metodistas). La consecuencia más dramática serán las Guerras de Religión, que asolarán Europa (siglos XVI y XVII) y quebrarán el poder temporal de Roma en la geopolítica continental. Pero ¿qué habría sucedido si Lutero hubie- ra sido domesticado por el papa Clemente VII y el emperador Carlos V?
SI LUTERO HUBIERA CEDIDO...
El escritor británico Kingsley Amis, padre del novelista Martin, entró en el territorio de la historia alternativa en 1976 con su novela Laalteración, no traducida al español. En ella, la Reforma nunca triunfó; el hermano mayor de Enrique Tudor, Arturo, casado con Catalina de Aragón, tiene con ella un hijo varón antes de morir; cuando su ambicioso hermano Enrique trata de usurpar el trono de su sobrino, es detenido; la Iglesia de Inglaterra jamás llega a fundarse; la Armada española no es derrotada; Isabel I nunca nació... y Lutero se aviene a un acuerdo con Roma y con España, llegando a ser papa con el nombre de Germánico I. El exfraile agustino persigue a los judíos centroeuropeos y los obliga a identificarse llevando una estrella amarilla cosida a la ropa. En 1976, Europa es un lugar muy diferente al que hoy conocemos. Unificado desde el s. XVII, el continente está gobernado por el Vaticano y vive en una larga y permanente guerra fría con el islam. Tecnológicamente retrógrado y moralmente puritano, al más puro estilo amish, la electricidad está prohibida y el pensamiento y la actividad científicos son socialmente reprobables.