La inigualable Lady Day
El nombre real de Billie Holiday (1915-1959) era Eleanora Fagan, pero fue conocida como Lady Day. Vivió cuarenta y cuatro años tan intensos como su manera de cantar, principal característica de su voz. Para algunos, su capacidad vocal no era tan privilegiada como la de Ella Fitzgerald, pero pocas cantantes han transmitido tanto en la música. Decían que cantaba despacio, como si estuviera fatigada, y probablemente fuera así: saboreaba cada nota y transmitía ese cansancio constante de los que viven deprisa.
De niña ejerció la prostitución y al poco tiempo empezó a actuar en clubs nocturnos de Nueva York. Siempre fue consumidora de drogas y la imagen que tenemos de ella con flores blancas adornándole el pelo y esa expresión un tanto ida en la mirada nos recuerda que tuvo una gran influencia en la desaparecida Amy Winehouse, aunque en su nómina de admiradores también destacan cantantes tan distintos como Frank Sinatra o Janis Joplin. Elegida por la revista Time una de las canciones más importantes del siglo XX, Strange Fruit (basada en el poema Fruto extraño, de Abel Meeropol, 1937) la catapultó a la fama. Se trata de un canto triste y amargo que habla de los linchamientos a negros en los estados sureños.
En la foto, Lady Day y su perro Mister en la intimidad del camerino del club de jazz neoyorquino Downbeat, retratados por el fotógrafo Bill Gottlieb en junio de 1946.