Muy Historia

Entrevista: Antony Beevor

- FERNANDO COHNEN PERIODISTA

Charlamos con este ex oficial británico, uno de los grandes especialis­tas en la II Guerra Mundial, sobre su último libro: La batalla por los puentes: Arnhem 1944. La última victoria alemana en la Segunda Guerra Mundial. En él relata la desastrosa operación aliada “Market Garden”, una derrota que dio aliento al régimen nazi.

Market Garden fue una operación mal configurad­a desde el primer día

Apesar del controvert­ido papel de Montgomery en la Batalla de Normandía, Churchill lo ascendió. ¿ Cómo se lo tomaron los oficiales estadounid­enses?

Como un insulto. Al ascenderlo a mariscal de campo, Churchill lo convirtió en un general de cinco estrellas, cuando Eisenhower, jefe de las fuerzas aliadas, solo tenía cuatro. Lo hizo porque la prensa británica considerab­a a Montgomery el héroe que había vencido a Rommel en el desierto y quería que fuera el comandante de las fuerzas aliadas, relegando a Eisenhower a un papel simbólico. Una pretensión ridícula. Los aliados habían acordado que, cuando llegaran al Sena, el general estadounid­ense Bradley y Montgomery tendrían el mismo rango.

Dos meses después del desembarco, las tropas aliadas avanzaron hacia Holanda para dar la puntilla a Hitler. Pero, en vez de ir a Colonia directamen­te, el mando aliado dió luz verde a la operación “Market Garden”.

Hubo dos planes de invasión, por motivos diplomátic­os y militares. Eisenhower quería propinar un doble puñetazo a los alemanes. Pero los propios militares de la Wehrmacht sabían que la opción de Montgomery de invadir Alemania por el norte era una equivocaci­ón, pues los muchos ríos y canales de Holanda dificultab­an el avance de las tropas. Los alemanes sabían que la ruta natural para invadir su país era la del Saar, por donde estaba atacando el general Patton.

¿Cómo se gestó esta operación?

El 10 de septiembre de 1944, el general Browning voló a Bruselas para configurar con el general Dempsey, comandante del II Ejército británico, la operación “Market Garden”, que estaba basada en dos operacione­s previas. En estas, los objetivos alemanes estaban más cerca y los aviones aliados debían recorrer distancias mucho menores que las que se contemplab­an ahora con “Market Garden”. Ese día, Montgomery se entrevistó con Eisenhower para obtener su apoyo al plan. Cuando Browning volvió a Gran Bretaña y expuso la operación aerotransp­ortada que había diseñado con Dempsey, se llevó una desagradab­le sorpresa. Los estadounid­enses aseguraron que no se podía llevar a cabo porque los aviones no podían efectuar dos viajes en el mismo día, dada la gran distancia a la que se encontraba el objetivo. En aquel momento, Brow- ning tendría que haber vuelto a Bruselas para decirle a Montgomery que había que replantear­se todo el plan, pero no lo hizo. Tuvo miedo de que lo apartaran de una operación que él considerab­a iba a ser la última gran ofensiva de la guerra. La vanidad tuvo mucho que ver en su decisión de seguir adelante con una operación abocada al fracaso y mal configurad­a.

¿Cuáles eran los objetivos?

“Market Garden” fueron dos operacione­s conjuntas. En la primera, “Market”, los paracaidis­tas estadounid­enses, británicos y polacos se lanzarían sobre los Países Bajos para tomar los puentes situados en los ríos Waal, Mosa y Nederrijn. La segunda, “Garden”, consistirí­a en el rápido avance hacia el norte de las fuerzas blindadas del XXX Cuerpo de Ejército de Brian Horrocks, para enlazar con las fuerzas aerotransp­ortadas que defendían los puentes. El objetivo principal era tomar el puente de Arnhem y ocupar la base aérea de la Luftwaffe en Deelen.

¿Cómo se desarrolló la primera fase?

El fallo fundamenta­l del plan fue que más de la mitad de las fuerzas aerotransp­ortadas no volaron aquel día y la otra mitad, que sí había sido lanzada sobre territorio holandés, se vio obligada a defenderse en lugar de atacar. Y si no atacas desde el primer momento, el factor sorpresa desaparece. De toda una división con tres brigadas, solo una pudo intentar capturar el puente de Arnhem. Solo un batallón aerotransp­ortado pudo atacar el puente de Nimega. Y las divisiones blindadas sufrieron muchas emboscadas en su avance hacia Arnhem y no pudieron enlazar con las fuerzas aerotransp­ortadas. Además, el XXX Cuerpo de

Ejército debía apoyarse en otros dos, pero se retrasaron dejándolos solos. La falta de coordinaci­ón fue otro fallo de Montgomery pues, en contra de las órdenes de Eisenhower, no planificó la operación con el comandante del Primer Ejército Aerotransp­ortado, ni analizó las limitacion­es de su plan.

¿ Qué consecuenc­ias negativas tuvo esta operación para los aliados?

La derrota de los aliados subió la moral de los alemanes y, además, la lucha en esos terrenos pantanosos entre los puentes de Nimega y Arnhem supuso un tremendo desgaste de recursos materiales y de hombres y una gran pérdida de tiempo.

¿ Cuál fue el papel de la Resistenci­a holandesa en esta batalla?

La Resistenci­a francesa en Normandía funcionaba en contacto directo con los servicios de inteligenc­ia aliados. Y esa colaboraci­ón fue muy útil, sobre todo en Bretaña, donde actuaron como guías de las tropas aliadas o se hicieron cargo de presos alemanes. En Holanda, los alemanes pensaron que iban a recibir más apoyo, dado que eran arios como ellos y tenían un idioma parecido. Es cierto que hubo una minoría que colaboró, pero la mayor parte de la población resistió lo mejor que pudo, escondiend­o a los judíos o ayudando a escapar a los pilotos aliados que cayeron en el país. También recogían informació­n valiosa para los servicios de inteligenc­ia aliados.

En su libro desvela que, a esas alturas de la guerra, los alemanes no creían en las operacione­s aerotransp­ortadas.

Desde la Batalla de Creta, Hitler com- prendió que una gran operación aerotransp­ortada solo podía fracasar. En Normandía los aliados tuvieron éxito, pero eran despliegue­s muy arriesgado­s pues, en su primera fase, no contaban con el apoyo de tropas terrestres. Eran fuerzas muy vulnerable­s, tal y como se demostró en Arnhem.

En 1977, el británico Richard Attenborou­gh dirigió la película Unpuen

telejano sobre la operación “Market Garden”. ¿Qué opinión le merece?

No es tan mala como otras películas bélicas, pero no refleja el sufrimient­o de la población civil holandesa, que fue masacrada por los alemanes, y no explica uno de los errores más importante­s de la operación: ¿por qué la División Acorazada de la Guardia británica perdió 24 horas la primera noche de la misión? La película muestra la acción heroica de los ingenieros británicos reconstruy­endo un puente, sin explicar por qué habían tardado tanto en avanzar. La cinta tampoco refleja el trato espantoso que dispensaro­n los oficiales británicos a los polacos que intervinie­ron en la operación.

Ya que hablamos de cine, ¿ qué películas sobre la Segunda Guerra Mundial detesta y cuáles le gustan?

No me gusta nada Salvaral soldado Ryan, y Elinstante­másoscuro, sobre Churchill, me parece deshonesta e imprecisa. U-571, sobre la captura de una máquina Enigma, es un disparate. Me preocupa la mala calidad de muchas series y películas bélicas, porque el gran público solo se informa de esos periodos históricos a través de ellas. Sí me gusta Elhundimie­nto, que narra los últimos días de Hitler en el búnker de Berlín. Los cineastas alemanes y los franceses son más respetuoso­s con los hechos históricos que los británicos y estadounid­enses.

La prensa británica quería que Montgomery fuera el comandante de las fuerzas aliadas, relegando a Eisenhower a un papel simbólico

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