La legendaria peste negra
El gran Tiziano rondaba los noventa años cuando esta pandemia asoló Venecia. En 1832, Alexandre Jean-Baptiste Hesse pintó este Homenaje fúnebre a Tiziano, muerto en Venecia durante la peste de 1576. El lienzo se centra en el hecho histórico de la muerte del pintor veneciano, víctima de la epidemia. Al principio, la enfermedad apareció en Venecia, una de las ciudades con mayor tránsito comercial de la época y punto de confluencia y encuentro de innumerables embarcaciones procedentes de los puntos más distantes del planeta. La infección, provocada por la bacteria Yersinia pestis, estaba íntimamente ligada a la rata negra, cuya pulga la diseminaba a través de su picadura: de ahí su nombre. Los barcos eran el medio por el que las ratas se desplazaban desde unos lugares a otros, y con ellas la enfermedad. No es de extrañar que Venecia estuviese en el centro mismo del origen de diferentes focos epidémicos a lo largo de los años, algunos de los cuales se extendieron posteriormente por otras regiones cercanas. Es el caso de Lombardía, cuya capital, Milán, fue sacudida por la epidemia ese mismo año de 1576. San Carlos Borromeo, obispo de la ciudad por entonces, fue una de las personalidades que más destacaron en auxiliar a los enfermos, hasta el punto de ser un ejemplo de abnegación y, con el paso del tiempo, objeto de veneración y culto.