DE PARÍS AL RESTO DEL MUNDO
Los acontecimientos parisinos tuvieron su eco en otros países. En Italia, la radicalización tuvo lugar después, sobre todo en el ‘otoño caliente’ de 1969, gestándose entonces un movimiento más duradero que buscó alianzas entre estudiantes y obreros. En Alemania, la rebelión se agudizó por el atentado contra un líder estudiantil; incluyó ocupaciones universitarias, protestas contra la presencia de nazis en el poder, expresiones antioccidentales y comunas estudiantiles. En ambos países esta efervescencia propició la aparición de grupos terroristas anticapitalistas: las Brigadas Rojas y la banda Baader-Meinhof, conocida como Fracción del Ejército Rojo (RAF).
La influencia específica del Mayo francés en España se dejó sentir en la universidad, con un incremento de la agitación ese año y con el movimiento estudiantil de los siguientes. Alentó la contestación a la dictadura, con una gran proliferación de grupos de izquierda.
Las revoluciones del 68 tuvieron su vertiente más sangrienta en México. La movilización de estudiantes contra el autoritarismo del PRI comenzó en verano. Fue brutalmente reprimida por el ejército y grupos paramilitares en la matanza de Tlatelolco ( 2 de octubre). Mientras, en EE UU, en abril había sido asesinado Martin Luther King. La lucha por los derechos civiles, empero, siguió adelante, uniéndosele la protesta contra la Guerra de Vietnam. A estos acontecimientos no se les adjudicó el carácter de revolucionarios – pedían la paz y la igualdad jurídica que prometía la Constitución americana–, pero fueron un hito en este proceso.
Exponente del existencialismo y del marxismo humanista, Jean-Paul Sartre (1905-1980; izda.) rechazó el Premio Nobel de Literatura en 1964 alegando que aceptarlo implicaría perder su identidad de filósofo. Se solidarizó con la Revolución cubana, el Mayo francés o la Revolución Cultural china (tema asimismo del film de Godard de 1967 La chinoise; abajo, cartel).