LOS MILLONARIOS DEL ‘NO’
Decir ‘ no’ a Felipe II, esto es, oponerse a los designios de quien quizás fuera el hombre más poderoso del momento, ni estaba al alcance de cualquiera ni solía ser un episodio gratuito; repetirlo, ni podía concebirse. Negarse en varias ocasiones solo estuvo al alcance del duque de Medina Sidonia, seguramente por su fortuna familiar, que siempre dispuso de forma leal a Felipe II, especialmente durante la crisis previa y la anexión de Portugal en 1580 y los años posteriores. Don Álvaro de Bazán dijo ‘ no’ cuando en 1580 fue nombrado capitán general de Milán ( quedaba muy lejos de su imperio empresarial en el sur de España). Lo esquivó gracias a las aportaciones económicas y a que aceptó participar en una intervención en la costa del norte de África, en Larache, a la que, casualmente, no pudo acudir tras un accidente. Además, por dos veces dijo ‘ no’ al nombramiento como capitán general del mar Océano tras la muerte de Álvaro de Guzmán, nombramiento que le convertía de facto en el responsable de la invasión a Inglaterra, pero no le quedó más remedio que aceptar el cargo. Incluso llegó a escribir a Felipe II, el 24 de junio de 1588, para que desistiera de la empresa tras una tormenta sufrida cerca de Coruña. Si este ‘ no’ hubiera procedido de alguien que no hubiera puesto tantos reparos a lo largo de su carrera, quizás hubiera podido cambiar el destino final.