LA EXCLUSIVA CIUDADANÍA VATICANA
Probablemente, el país que pone más trabas para otorgar su nacionalidad es el Estado Ciudad del Vaticano, y por eso tiene solo unos pocos cientos de «ciudadanos». Se explica porque allí, a diferencia del resto del mundo, la ciudadanía no se adquiere por lazos de familia o naciendo dentro de su territorio, sino por desempeñar una función. Conseguir la ciudadanía vaticana es un privilegio reservado a muy pocas personas. La obtienen automáticamente el papa al ser elegido y, además, los cardenales que vivan dentro del Vaticano o en Roma, los representantes diplomáticos de la Santa Sede en el extranjero, y algunos empleados del Vaticano que, por el cargo que ocupan o el servicio que prestan, deben residir tras sus muros, por ejemplo, los guardias suizos. En este caso, también el cónyuge y los hijos menores de edad del empleado obtienen la ciudadanía (si los padres se separan o cambian de empleo, la pierden).
Todos los ciudadanos vaticanos tienen derecho a recibir el pasaporte de la Santa Sede, aunque no siempre conviene pues en el ranking mundial de pasaportes ocupa la posición 20, por detrás de la mayoría de países de la UE, que están en la 2 o, incluso, de Argentina que está la 12. Además de fronteras muy delimitadas, la Ciudad del Vaticano tiene reglas muy estrictas dentro de su territorio. Por ejemplo, sus residentes deben solicitar una autorización al gobernador para alojar a invitados por periodos largos. Quienes no tienen la ciudadanía y desean entrar en este pequeño país — con la excepción de la zona de la plaza y la basílica de San Pedro—, en lugar del pasaporte o el visado, necesitan un salvoconducto que se tramita rápidamente en oficinas de la Gendarmería Vaticana situadas en sus principales entradas. Los únicos que no deben presentarlo son los familiares del papa, los cardenales y los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
Los últimos datos oficiales sobre población en este país son de 2018. Ese año, la Ciudad del Vaticano tenía 618 ciudadanos, de los que solo 246 residían en su territorio (la mayoría eran los 104 guardias suizos). Además, registró cinco fallecimientos y un nacimiento. Hasta que el bebé cumpla 18 años, mientras su padre o su madre trabajen en el Vaticano, tendrá la ciudadanía de este país.
En la imagen, vemos el DNI y el pasaporte argentino del papa Francisco (figura con el nombre de Jorge Mario Bergoglio y en la foto lleva vestimenta y solideo blancos) quien ha rechazado el privilegio de usar documentos de identificación expedidos por el Vaticano, cuya ciudadanía recibió automáticamente al ser nombrado jefe de la iglesia católica.