LOS SEFARDÍES
Aunque también sufrieron grandes persecuciones, por lo general, los judíos vivieron largos periodos de prosperidad económica y tolerancia, tanto bajo gobierno cristiano como en territorio musulmán. Durante este periodo el Sefarad de los hebreos (en hebreo, ), topónimo con el que los judíos denominaron a la península ibérica, floreció espiritual e intelectualmente. El judaísmo gozó de mayores ventajas bajo el dominio islámico, aunque con las invasiones de almohades y almorávides amplios contingentes de población judía huyeron a los reinos cristianos del norte en busca de protección. Apreciados por los monarcas y gobernantes por los beneficios económicos que aportaban a sus protectores, a menudo despertaron envidias y animosidad entre sus vecinos. Se establecían en aljamas —en árabe ǔƗPD¾DދP ‘ayuntamiento’ o ‘reunión de gente’— entidades autónomas —que en hebreo recibían el nombre de cahal— en las que se guardaban un modo de vida y unas costumbres diferentes a las del resto de la comunidad. No debe confundirse la aljama con la judería, ya que la primera no se reducía a un barrio y agrupaba a los habitantes de las aldeas circundantes. Estas aljamas, presentes tanto en territorio cristiano como musulmán, florecieron económicamente y agruparon a una enorme cantidad de población. Estas comunidades protegidas por las autoridades musulmanas y cristianas aportaban dinero, sabios, mercaderes, médicos y profesionales cualificados. Se regían por sus propias normas establecidas en el Talmud y la Torá, que interpretaban rabinos, y la vida de todos sus miembros se ajustaba a los requisitos establecidos por la religión judía. Entre los muchos sabios de origen sefardí destaca la figura de Maimónides. Nació en Córdoba, un importante epicentro cultural para los judíos en el que se cultivaron las ciencias, las letras y las artes. A él se deben importantes avances médicos e higiénicos. Una vez huido de la península tras la invasión almorávide se instaló en El Cairo, donde fue consultado por el visir Saladino, para el que escribió diversos textos médicos en 1185. Maimónides combinó sus estudios en el campo de la medicina con la interpretación de los textos religiosos y el cultivo de las letras, dejando escritos en los que se lamentaba del destino de los judíos como pueblo errante.