Prestaciones ‘maxi’, precio ‘mini’
Esos relucientes rectángulos de cristal, aluminio y chips que llamamos smartphones tienen dos vías de entrada a tu bolsillo: la oferta de alguna operadora de móvil o la venta libre. La primera suele costar un riñón –a plazos–, y la segunda también –al contado–. Pero existen brillantes excepciones: el Axon Mini de la compañía china ZTE te pide 349 euros a cambio de prestaciones que otros ofrecen por mucho más dinero.
A ese precio es difícil encontrar un móvil con una pantalla de 5,2 pulgadas, un peso pluma de 140 gramos y solo 7,9 milímetros de grosor que se presenta en la forma de una compacta máquina de aluminio y titanio muy agradable al tacto.
Cuando llega la hora de ponerse a trabajar, el Axon Mini tira de su procesador Qualcomm Snapdragon 616, con ocho núcleos a 1,5 GHz que hacen que las únicas cosas mini en este móvil sean su nombre y su tamaño. Esa velocidad nos va a permitir manejar con facilidad las fotos tomadas con su cámara frontal de ocho megapíxeles, que cuenta con gran angular y función de autorretrato para facilitar los selfis, si tenemos ese punto de vanidad. Para imágenes aún más potentes y menos egocéntricas, disponemos de su cámara trasera de trece megapíxeles con flash led, autofoco y grabación de vídeo 4K, que se ve de lujo en su pantalla Full HD (1080p). Este pequeño titán funciona con el sistema operativo Android 5.1 – Lollipop, y es uno de los mejores representantes de una tendencia que los fabricantes chinos están expandiendo poco a poco: terminales que le dan al consumidor lo que quiere sin vaciar su cartera.