El poder del lenguaje humano
Aunque muchos animales pueden articular sonidos, los humanos poseemos una capacidad de vocalización única en la naturaleza, una facultad que ha favorecido el desarrollo de nuestra inteligencia.
Los humanos poseemos una capacidad de vocalización única en la naturaleza, facultad que ha favorecido el desarrollo de la inteligencia.
Hace 160.000 años, la selección natural nos equipó con un órgano fonador capaz de generar sonidos particularmente refinados. Pues, pese a que muchas especies se comunican entre sí, la nuestra ha sido probablemente la única que lo ha hecho a través de un lenguaje que evoluciona en función de las circunstancias.
Al principio, los sonidos que formulábamos eran similares a los que emiten los gorilas y los chimpancés. Progresivamente, nuestro cuello fue ensanchándose y la laringe se desplazó hacia abajo. Eso supuso un contratiempo: ya no éramos capaces de tragar alimentos a la vez que respirábamos, como hacen los bebés. Sin embargo, así pudimos controlar los músculos de la laringe, nuestra caja de resonancia biológica, por lo que logramos emitir sonidos articulados más complejos. Como señala Martin A. Nowak, profesor de Biología y Matemáticas en la Universidad de Harvard, en su obra Supercoope
radores, “si consideramos los seis mil lenguajes conocidos, nuestra garganta puede generar alrededor de mil sonidos lingüísticos”.
El gen FoxP2 podría ser responsable de esta capacidad tan extraordinaria, ya que influye en la coordinación de los músculos implicados en la articulación de las palabras. Sin embargo, la acción de un gen no la explica por completo. Existen muchos otros factores que han participado significativamente en su desarrollo. Por ejemplo, a través del chismorreo, esto es, hablar con los demás de terceras personas, empezamos a saber de quién nos podíamos fiar a fin de trabar futuras alianzas. El lenguaje se convirtió así en una herramienta muy valiosa y versátil que aún encierra múltiples misterios y no deja de sorprender a los científicos, como podrás comprobar en las páginas siguientes.