ASESINOS A SUELDO
restaurantes Michelin que cuentan con amplias listas de espera.
Según un artículo del semanario británico The Economist publicado en febrero de 2014, Estados Unidos concentra el 47% de toda la actividad de tarjetas fraudulentas, y eso se traduce en millones de dólares perdidos en fraudes de pagos con tarjeta.
También la identidad puede ser comercializada en internet. Según un estudio de hace dos años, llevado a cabo por el Centro de Investigaciones Pew, en EE. UU. casi el 18% de los adultos que se conectan a la Red ha sufrido el robo de información personal. “Los hackers –escribe Goodman– suelen referirse a las identidades usurpadas con el nombre de fullz, e incluyen nombres, direcciones postales, números de la Seguridad Social, fechas de nacimiento, lugares de trabajo, números de cuenta bancaria, códigos de identificación bancaria, permisos de conducir, direcciones de correo electrónico y nombres de usuario y contraseñas de internet adicionales”. También se venden cuentas Premium vitalicias de servicios de pago como Spotify, Hulu, Netflix y Minecraft.
Y en mercados como Onion Identity Services se pueden adquirir pasaportes o diplomas universitarios. Algunos documentos cuestan apenas 175 pero, dependiendo del país de emisión, el coste puede dispararse más allá de los 500 Normalmente hay que mandar fotografías tamaño carné y el nombre deseado.
J> Contratar los servicios de un sicario es complejo, pero posible, en servicios como Killer for Hire, White Wolves Professionals o Quick Kill. Cada uno tiene su propia normativa, como la negativa a asesinar a menores de edad o políticos. Acabar con la vida de un agente de policía puede costar de 20.000 a 100.000 euros. Una vez realizado el trabajo, el sicario puede enviar una prueba fotográfica del crimen cometido.
En C'thulhu, donde se asegura que los sicarios tienen formación militar en cuerpos del ejército, como la Legión Extranjera francesa, incluso glosan sus tarifas en función de la clase de lesión que se contrata o la importancia social o dificultad de acceder a la víctima. Por ejemplo, matar a una persona del montón sale por 40.000 euros; hacer que desaparezca, 53.500; y fingir que ha muerto por accidente, 67.000. Si en vez de la muerte se contrata una lesión que deje paralítica a la víctima, el precio se reduce a la mitad.
En el procedimiento para realizar este tipo de encargo suele requerirse el uso de PGP (Pretty Good Privacy), un programa cuya finalidad es la de proteger las comunicaciones entre el matón y el cliente mediante el uso de textos cifrados. En Hitman Network y Unfriendly Solution se vanaglorian de la seguridad de sus comunicaciones con el siguiente mensaje: “Tanto a ti como a nosotros nos interesa mantener el anonimato. Tú no sabes quiénes somos y nosotros no sabemos quién eres tú, por lo tanto no te podemos enviar a prisión, ni tú a nosotros”.
Con todo, en ocasiones son interceptadas estas comunicaciones antes de que se lleve a cabo el encargo, como ocurrió en el caso de una mujer de Iowa (EE. UU.) que, en junio de 2013, fue arrestada tras intentar contratar los servicios de un asesino a sueldo para matar a su padre.
Cada plataforma tiene sus normas, pero en algunos casos, como Assassination Market, el crimen parece haberse convertido en una subasta macabra. En esta plataforma, el usuario, tras haber ingresado una pequeña cantidad de bitcoines en una cuenta común, puede agregar a una lista objetivos para ser eliminados. Cualquiera puede añadir más dinero en forma de apuesta, y lo que se está apostando es el día de la muerte del objetivo. Cuando el asesinato tiene lugar, quien haya acertado la fecha exacta se llevará el montante. De esta forma, el asesinato será cometido por la persona que encuentre más incentivos en llevarse el importe total, pues lo hará coincidir con la fecha escogida por él.
Aunque muchos de los servicios criminales que se ofrecen en las cloacas de internet son fraudulentos y nunca se llevan a cabo pese a haber adelantado el dinero, saber que algunos de ellos son amenazas reales, incluso para la vida de las personas, nos hace entrever la oscuridad tenebrosa que envuelve a esta Deep Web.