MUCHAS PERSONAS TRAS PASAR POR UNA SITUACIÓN DE PELIGRO
SE SIENTEN EUFÓRICAS
El ruso Artem Silchenko salta desde 27 metros de altura en la prueba del Red Bull Cliff Diving celebrada el pasado 10 de septiembre en Pembrokeshire (Gales).
algunas arritmias. Eso que llamamos chute o descarga de adrenalina no es más que la reacción fisiológica ante las situaciones de estrés o peligro.
“No puedo decir que lo haya hecho todo en este deporte –prosigue Hernández Moll–, pero prácticamente no hay salto que no haya realizado antes. Al final repetimos la misma actividad, el mismo movimiento y el mismo salto muchas veces. Y lo hacemos por recibir nuestra dosis de adrenalina diaria”. No hay que olvidar que esta sustancia produce un estado momentáneo de máxima energía. Además, se liga a la liberación de endorfinas, sustancias narcóticas que provocan una placentera sensación de relax. Dicen que, para entenderlo, hay que vivirlo. Pero ¿qué nos dice la ciencia? ¿Es correcto hablar de adicción a la adrenalina? Los expertos se muestran muy firmes al tachar el concepto de erróneo, de simple reclamo mediático que ha calado en la gente.
Jprofesor en la Universidad CEU Cardenal Herrera. Y añade: “Pero el neurotransmisor clave cuando hablamos de adicción es la dopamina”. De hecho, una condición que debe cumplir cualquier sustancia o conducta para tener potencial adictivo es que se una al aumento de dopamina en ciertas estructuras del cerebro. Es lo que se llama sistema de recompensa cerebral, el encargado de que ciertas vivencias se experimenten como satisfactorias y, por tanto, surja el deseo de repetirlas.
El doctor Martínez-Raga subraya que “hay pruebas de que la práctica de ejercicio se asocia con las endorfinas y los endocannabinoides [sustancias que, de forma secundaria, producen el aumento de dopamina]. Así se explicaría el subidón del corredor o las sensaciones de euforia que pueden conducir a la popular y erróneamente denominada adicción al ejercicio”.
De momento, los estudios con animales de experimentación solo han revelado que el ejercicio activa el sistema de recompensa, lo que contribuiría a reducir el estrés. Pero de la adrenalina y su posible enganche no existen pruebas científicas,