EL EXCESO DE PENSAMIENTOS ‘GUAIS’ CREA
SOCIEDADES RESIGNADAS
Tratar de pensar de forma positiva y no lograrlo cuando vemos que otros sí lo consiguen frustra. La insistencia en esta técnica agobia a muchas personas que se dan cuenta de su imposibilidad de acceder al país del bienestar. Pensar en positivo funciona bien cuando las cosas van bien, porque ayuda a que vayan aún mejor. Pero no hay evidencia de que produzca un buen efecto cuando las circunstancias negativas nos rodean.
Ese efecto negativo del pensamiento positivo en los malos momentos se ha manifestado, paradójicamente, en las reacciones de los paladines de los libros
JEn ciertos momentos, expresar nuestra rabia, ira y frustración es terapéutico. Pero sin pasarse... de autoayuda cuando se enfrentan a graves circunstancias externas. La escritora de libros de autoayuda Choi Yoon-Hee, por ejemplo, fue aclamada mundialmente durante años como la sacerdotisa de la felicidad por sus veinte obras y varios programas de televisión defendiendo el gran poder de la esperanza y el optimismo. Pero en cuanto empezó a sufrir problemas de salud, se ahorcó en la habitación de un motel junto con su marido.
Una última crítica a esta corriente proviene del tipo de mensaje social que lanzan. El psicólogo Eparquio Delgado, en su libro Los libros de autoayuda: ¡vaya timo! (2014) alerta sobre las consecuencias de la tendencia a atribuir el éxito y el fracaso a actitudes internas. Dar a los poderosos un arma psicológica que les permita culpabilizar a las víctimas diciéndoles que les falta ser más positivas, como hace Satya Nadella, es muy peligroso socialmente.
Se trata de algo que también preocupa al filósofo José Antonio Marina, que en un reciente artículo titulado ¿Existe una ciencia de la felicidad o es un timo pseudocientífico? advertía: “La idea de que no nos entristecen las cosas sino las creencias que tenemos sobre las cosas, por lo que basta cambiar estas creencias para encontrarnos bien [...], puede conducir a una resignación social, a una inacción política, a un cierto hedonismo emocional individualista”.
La lucidez, en cualquiera de sus formas, es el primer paso para el cambio vital. El autoengaño solo es útil en el caso de que necesitemos resignarnos porque no tenemos control sobre los acontecimientos y no podemos modificarlos. Hoy en día, en la mayoría de los problemas, tenemos poder para transformar la situación. Y, por eso, aunque sea doloroso, la mejor táctica es experimentar malestar emocional, darnos cuenta de que algo falla, cambiarlo… Y una vez solucionado el problema, disfrutar la felicidad de haberlo conseguido.