Así es el material biónico que cambia en función del entorno
La mandíbula del gusano marino Nereis virens tiene una consistencia similar a la gelatina. Sin embargo, puede ser tan fuerte como los minerales calcificados que se encuentran en la dentina humana o los huesos, según el medio en que se halle. Pues bien, a partir de ella, unos ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han ideado un material que, aunque presenta una textura parecida a la de un gel, posee una gran consistencia y resistencia mecánica y es capaz de adaptarse a entornos cambiantes.
Según explica el investigador español Francisco Martín-Martínez, del Laboratorio de Mecánica Atomística y Molecular de la citada institución y uno de los responsables de esta iniciativa –publicada en la revista ACS Nano–, “la mandíbula del Nereis virens está compuesta por una proteína que contiene grandes cantidades de histidina, un aminoácido que interacciona con los iones del medio y hace que se vuelva más o menos flexible”.
Músculos para robots. La capacidad de contracción y expansión del compuesto lo hace especialmente adecuado para el desarrollo de dispositivos que funcionen como músculos para los llamados robots blandos. También se podrá emplear en la fabricación de sensores que no precisen utilizar fuentes de alimentación externa.