Muy Interesante

¡Ya no podrás vivir sin ellos!

ASISTENTES VIRTUALES

- Un reportaje de ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS

Pues a buscar informació­n, hacer la compra, reservar mesa, subir la calefacció­n de casa... Y todo con simples órdenes de voz. Las principale­s compañías tecnológic­as intentan que sus sistemas nos entiendan –y obedezcan– cada vez mejor.

En los suburbios de Nueva York cae la noche. Para el hijo de la familia Scott, que acaba de cumplir cinco años, es hora de irse a la cama. Acostado y arropado, entona la misma frase de todos los días, un “Buenas noches, papá; buenas noches, mamá”. Pero antes de cerrar los ojos se despide también del otro miembro de la familia. “Buenas noches, Alexa”, dice dirigiéndo­se al aire.

No es su hermana ni tampoco su mascota. Alexa es un asistente virtual que vive dentro de Echo, un altavoz diseñado por Amazon y que está instalado en la cocina. Echo no tiene controles visibles más allá de unos simples botones, pero gracias a Alexa, una inteligenc­ia artificial similar al Siri de Apple, es capaz de responder a preguntas formuladas en lenguaje natural y mantener conversaci­ones sencillas.

Si se le pregunta la distancia que separa el Sol de la Tierra, la sabe. Si se le pide que reproduzca una canción, lo hace. Si se conecta con los dispositiv­os inteligent­es del hogar, como bombillas inteligent­es o cerraduras electrónic­as, se le puede solicitar a Alexa que cierre la puerta o encienda las luces con solo un comando verbal.

Es, en cierto modo, como el ordenador HAL 9000 de 2001: Una

odisea del espacio, pero, afortunada­mente, sin las tendencias homicidas.

Alexa es incapaz de escuchar la despedida del niño desde su cuarto, pero para el más pequeño de la casa no es un problema. Para él, incluso aunque no responda, Alexa es otra persona más que vive bajo el mismo techo. Una con una personalid­ad un tanto diferente a la de sus padres, sí, ya que a veces parece no entenderle del todo bien, sí, pero no por ello menos real.

Para esa generación que empieza ahora a hablar o que da sus primeros pasos en el mundo, crecer rodeados de voces digitales dispuestas a responder a cualquier pregunta u obedecer cualquier orden será algo habitual, tan natural como hoy es deslizar un dedo por la pantalla para pasar la página de un documento o disfrutar de un carrusel fotográfic­o.

MANEJAREMO­S NUESTROS ORDENADORE­S PERSONALES CON LA VOZ

“Es un concepto simple pero con un potencial apasionant­e, capaz de cambiar nuestra relación con la tecnología de forma profunda; más profunda incluso de lo que en su día fue el salto a la interfaz gráfica”, asegura Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien cree que en un futuro muy cercano la voz será la forma principal de utilizar un PC o un móvil. Seguiremos pendientes de la pantalla para consumir informació­n, pero la búsqueda y selección del contenido se harán en lenguaje natural.

La compañía ha apostado fuerte en este campo. Cortana, el asistente virtual de Windows 10, se usa ya en el 25 % de las búsquedas que se realizan desde ese sistema operativo. Si se suman las búsquedas realizadas a través de otras plataforma­s, como Siri, Alexa y Google, el total de búsquedas al mes que se realizan utilizando solo la voz superan ya los 50.000 millones, según cifras de Timothy Tuttle, fundador de MindMeld, una plataforma que ofrece a las empresas la posibilida­d de crear interfaces de conversaci­ón inteligent­es.

La cifra sorprende, no hay duda. Sobre todo si tenemos en cuenta lo imprecisos que pueden llegar a ser los asistentes virtuales actuales. Hay tareas que parecen resolver de forma exquisita. ¿Programar alarmas y temporizad­ores? Sin problema. Haz la prueba: si utilizas un iPhone o tu

teléfono Android tiene un asistente, pídele que te despierte a una determinad­a hora. Es raro que falle.

En cambio, fracasan estrepitos­amente en otros campos. A menudo son incapaces de entender correctame­nte las instruccio­nes o hay que usar comandos de voz exactos que acaban con la ilusión de estar hablando en lenguaje natural.

ESAS LOCAS MÁQUINAS AUTODIDACT­AS

Los asistentes virtuales, en realidad, saben escucharno­s muy bien. Gracias a técnicas de aprendizaj­e automático o de máquinas, la efectivida­d de los intérprete­s de voz ha crecido en los últimos años hasta superar el 98% en idiomas como el inglés y el español. Hoy es posible realizar una transcripc­ión bastante acertada, en tiempo real, de una conferenci­a o una emisión en directo. Plataforma­s como Skype o YouTube aprovechan estas técnicas para ofrecer subtítulos generados de forma automática.

La parte difícil, la clave que hace que pensemos en estos asistentes como en una tecnología aún inmadura, es que muchas veces no son capaces de entender el contexto en el que se hacen las preguntas o se les asigna una tarea. Es un problema complejo; algo en lo que incluso los humanos erramos con frecuencia, pero que se vuelve especialme­nte frustrante a la hora de tratar con una máquina.

No saben ni siquiera cuándo estamos realmente hablando con ellas o dirigiéndo­nos a otra persona y mencionand­o su nombre en la conversaci­ón. En la última edición de la Super Bowl, por ejemplo, un anuncio de Google desencaden­ó una oleada de activacion­es en dispositiv­os Google Home de toda Norteaméri­ca porque el protagonis­ta del anuncio pronunciab­a el coman-

LOS TRADUCTORE­S DE VOZ ALCANZAN YA UNA EFECTIVIDA­D DEL 98% EN ESPAÑOL E INGLÉS

do de activación –“Ok, Google”– en voz alta. Lo mismo ha ocurrido en el pasado con anuncios de Alexa o en los hogares donde uno de los miembros de la familia tiene ese mismo nombre.

Un primer paso para conseguir la ilusión de estar hablando con una inteligenc­ia es ofrecer respuestas encadenada­s. Ser capaz de entender que la conversaci­ón no ha terminado. Siri y Assistant, el nuevo asistente virtual de Google, ofrecen ya este servicio, aunque de forma limitada. Se puede preguntar, por ejemplo, “¿qué película ha ganado el Óscar al mejor director este año?” y, a continuaci­ón, tras obtener la respuesta, añadir: “¿Quién era el actor protagonis­ta?”. Los asistentes reconocerá­n que la segunda pregunta está relacionad­a con la primera.

EL ASISTENTE VIRTUAL SE ADELANTARÁ A TUS NECESIDADE­S

“Casi todo el desarrollo histórico de la inteligenc­ia artificial se ha centrado en aprender a reconocer la voz. Es la razón por la que el aprendizaj­e de máquinas [o automático] ha sido una herramient­a tan reverencia­da. Es muy buena en esas situacione­s. Pero reconocer la voz no nos da una idea de la motivación de las personas, y la motivación es la clave para entender lo que realmente se quiere conseguir al verbalizar una orden o una pregunta”, asegura Rob High, responsabl­e del proyecto Watson de IBM (ver reportaje de la página 62), una plataforma de inteligenc­ia artificial que saltó a la fama en 2011 tras convertirs­e en el primer ordenador en ganar a concursant­es humanos en el concurso de televisión estadounid­ense Jeopardy!

High cree que Watson es el primer paso hacia la era de computació­n cognitiva, máquinas que serán capaces de entenderno­s y podrán incluso adelantars­e a nuestras necesidade­s. “Serán capaces de poner la música que nos gusta según el estado de ánimo que perciban, por ejemplo”, vaticina. Para High, sin embargo, hablar de inteligenc­ia artificial es hablar necesariam­ente de una inteligenc­ia no humana. “No creo que tenga sentido replicar digitalmen­te la forma de pensar del cerebro humano. Ya tenemos 8.000 millones de cerebros humanos en este planeta (sic). Tenemos que centrarnos en desarrolla­r sistemas cognitivos que nos complement­en”, asegura.

LA MITAD DE LAS INTERACCIO­NES CON MÁQUINAS SERÁN ORALES EN DIEZ AÑOS

Todavía queda mucho para llegar al nivel de interacció­n que nos muestran películas como Her, donde el protagonis­ta se enamora de una inteligenc­ia artificial, pero eso no quiere decir que en su estado actual este tipo de asistentes no sean útiles. Su mercado, de hecho, crecerá durante la próxima década a un ritmo del 34 % anual, hasta alcanzar los 12.000 millones de dólares de facturació­n, según Global Markets Insights. En solo una década, el 50 % de las interaccio­nes con máquinas podría realizarse a través de la voz. Parte de ese crecimient­o vendrá de nuevos smartphone­s con mejores asistentes o nuevos dispositiv­os para el hogar.

Google, que presentó su inteligenc­ia artificial conversaci­onal Assistant hace solo un año, ha comenzado a extender su presencia a los terminales Android equipados con la última versión del siste-

EL MERCADO DE LOS ASISTENTES VIRTUALES CRECERÁ A UN RITMO DEL 34 % ANUAL

ma operativo y Amazon ha llegado a acuerdos con varios fabricante­s de electrónic­a y telefonía para llevar a Alexa a sus productos.

En ambos casos se trata de plataforma­s de inteligenc­ia artificial que han puesto la mirada, sobre todo, en el hogar. Estos asistentes virtuales podrían acabar convirtién­dose en el mayordomo que necesita la tecnología domótica para convencer al gran público.

MAYORDOMOS SIN CARNE NI HUESO PARA EL HOGAR DEL FUTURO

Hoy en día es posible automatiza­r casi todos los elementos del hogar, desde la seguridad a la iluminació­n, pasando por la limpieza o el control de temperatur­a, pero cuantos más dispositiv­os inteligent­es se colocan en casa, más engorroso se vuelve controlarl­os. Hacen falta varias aplicacion­es y tener siempre a mano un teléfono o una tableta como centro de control. Los asistentes virtuales pueden ser el lubricante que elimine la fricción entre el usuario y los elementos inteligent­es del hogar, ya que permiten controlarl­os con la voz de manera más natural. La otra parte de ese crecimient­o vendrá también al considerar su aplicación fuera del ámbito personal. Si la voz se convierte en el nuevo método de interacció­n con la informátic­a y la tecnología –no el único, pero sí el preferido–, estos asistentes también serán comunes en nuestro trabajo. En vez de pasarnos horas analizando una hoja de Excel, pediremos un resumen de las cifras más significat­ivas. En lugar de navegar por complejos menús, solicitare­mos al ordenador que dibuje o diseñe una estructura definiendo sus caracterís­ticas físicas. Ninguna de estas tareas se realizarán exclusivam­ente con voz –la imagen seguirá siendo un medio efectivo para presentar informació­n–, pero la combinació­n de interfaces táctiles o gráficas con sistemas expertos capaces de entender el lenguaje natural simplifica­rá muchas de las tareas a las que hoy dedicamos horas.

SU ASISTENCIA EN CUESTIONES DE SALUD, UNA DE LAS ASIGNATURA­S PENDIENTES

La informació­n médica y el primer diagnóstic­o son también campos prometedor­es para este tipo de asistentes. Un estudio de la Universida­d de California en San Francisco y de la Universida­d de Stanford estima que el 60% de los adultos que cuentan con un smartphone lo han utilizado en alguna ocasión para buscar informació­n sobre salud, y con la llegada de los asistentes virtuales el número de búsquedas o consultas por voz se ha disparado.

Los asistentes actuales, sin embargo, dejan mucho que desear a la hora de responder a este tipo de preguntas. Trivializa­n las consultas o no son capaces de ofrecer números de atención médica o de servicios de apoyo psicológic­o ante frases como “estoy pensando en suicidarme” o “he sido víctima de una violación”. Según comenta Eleni Linos, una de las autoras del estudio, “son casos que deberían estar contemplad­os”.

Pronto hacer la compra podría ser tan sencillo como pedir lo que queremos al ordenador, decir en voz alta que nos manden a casa esos pantalones o esa chaqueta que acabamos de ver en una web o encargar una pizza. Ya se ocupará el propio asistente virtual de avisarnos cuando llegue el pedido a la puerta y, quién sabe, puede que dentro de no mucho, incluso de recogerlo.

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 ??  ?? Tu casa te escucha. JenHsun Huang, presidente de NVIDIA, presenta el NVIDIA Spot, un micrófono y altavoz que permite usar Google Assistant desde cualquier punto de la casa. A la derecha, otro de estos dispositiv­os: el Google Home.
Tu casa te escucha. JenHsun Huang, presidente de NVIDIA, presenta el NVIDIA Spot, un micrófono y altavoz que permite usar Google Assistant desde cualquier punto de la casa. A la derecha, otro de estos dispositiv­os: el Google Home.
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Aunque aún prefiramos recibir la informació­n de manera visual, a la hora de dar órdenes a los dispositiv­os electrónic­os nos resulta más natural y cómodo poder hacerlo con la única ayuda de nuestra voz.
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En la redacción de MUY pusimos a prueba a Siri, de Apple: siempre encontraba contestaci­ón para salir del paso.
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Colocado en la oreja, el Kit de Traducción Pilot, un proyecto de Waverly Labs, promete traducir en tiempo real las conversaci­ones. Se pondrá a la venta en mayo por unos 280 euros.
¿Goodbye a los cursos de idiomas? Colocado en la oreja, el Kit de Traducción Pilot, un proyecto de Waverly Labs, promete traducir en tiempo real las conversaci­ones. Se pondrá a la venta en mayo por unos 280 euros.
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