ALGUNAS PUEDEN ACUMULAR METALES PESADOS COMO EL
ARSÉNICO
especies como el Fucus vesiculosus, el wakame y la espirulina en su menú con el fin de vendernos rápidas pérdidas de grasa corporal en poco tiempo.
Sin embargo, los expertos consultados advierten de los peligros de esta clase de dietas. Revenga recuerda que “ningún alimento ha de ser considerado como indispensable, porque sus aportes nutricionales podrán a buen seguro ser recibidos con la inclusión de otros alimentos pertenecientes a otros grupos. Y mucho menos hablar de superalimentos”. En el caso de las algas, este dietista-nutricionista explica que su contenido en yodo suele ser especialmente alto, un mineral que, en exceso, es peligroso en su relación con alteraciones de la glándula tiroides: “Un único gramo del alga kombu o de hierba de mar multiplica por cinco y por ocho, respectivamente, el límite máximo de consumo de yodo establecido por las autoridades sanitarias. Y con otras algas, como la wakame y la nori, sucede algo similar. Además, las pardas, caso de las hijikis, pueden acumular arsénico y otros metales pesados”, apostilla este experto. De hecho, la agencia británica de seguridad alimentaria (FSA, por sus siglas en inglés) aconsejó a los consumidores evitar el consumo de dicha alga.
Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha llegado a señalar que las algas marinas producidas en China, Japón, Filipinas, Corea del Sur y Extremo Oriente en general pueden tener un contenido “extremadamente alto de yodo”. La EFSA establece un listado de algas que se pueden comercializar en Europa para alimentación y que deja fuera varias especies que en los países orientales sí se pueden consumir.