La cosecha del futuro
Cultivar vegetales nutritivos y sabrosos en recintos cerrados y sin luz solar es el próximo gran reto de la agricultura. Lograrlo será clave para alimentar a un mundo superpoblado, así como a los astronautas que viajen algún día a otros planetas.
La superpoblación mundial y los viajes espaciales venideros han planteado nuevos retos a la agricultura moderna: cultivar plantas nutritivas en recintos cerrados y sin la luz del sol.
LAS LUCES DE LEDES PUEDEN HACER CRECER UN VEGETAL 2,5 VECES MÁS RÁPIDO QUE EL SOL
Hay fresas que jamás han recibido la luz del sol, ni un soplo de viento. Han crecido en edificios, estimuladas por la luz de los ledes y regadas con cantidades de agua milimetradas. Y resultan tan sabrosas y nutritivas como las cultivadas al aire libre. Son hijas de la nueva agricultura, en la que tecnología y naturaleza se alían para alimentarnos sin arrasar el planeta.
El reto es enorme: la ONU prevé que haya 9.600 millones de humanos en 2050. La mayoría de ellos vivirá en ciudades. Alimentarlos requerirá aumentar la superficie cultivada de la Tierra –ya es de 1.600 millones de hectáreas–, con el consiguiente daño ecológico, e incrementar las emisiones contaminantes, dada la colosal red de transporte necesaria para llevar los frutos y vegetales del campo a las ciudades. Además, nos hemos acostumbrado a una gran variedad de alimentos y los exigimos, y el cambio climático perjudica a muchos cultivos. ¿Cómo resolver este rompecabezas global?
Soluciones de interiores. Investigadores y empresas desarrollan métodos de cultivo entre los que destacan los que cambian la luz solar por la emitida por ledes, que se puede regular para jugar con la fotosíntesis de las plantas e influir en su germinación, su floración, su tamaño y su valor nutricional. Según el Departamento de Energía estadounidense, esta tecnología puede acelerar 2,5 veces la velocidad de crecimiento vegetal respecto a la que se da al aire libre. Además, permite cultivar en cualquier clima, elimina el riesgo de perder las cosechas por sequías, inundaciones o granizos, minimiza las plagas –en entornos cerrados, los insectos son más controlables–, y posibilita prescindir de pesticidas. Y un buen día nos servirá para cultivar plantas en las naves que nos lleven a otros planetas, e incluso en futuras colonias espaciales.