10 PROFESIONES DEL FUTURO
ASÍ TE GANARÁS LA VIDA EN
Asistimos al advenimiento de una nueva revolución industrial, acaso más profunda que las tres precedentes. La primera, que tuvo lugar entre 1760 y 1830, terminó con el papel de esclavos y siervos gracias al paso de la producción manual a la mecanizada. La segunda, alrededor de 1850, redujo drásticamente la dureza de las labores agrícolas y artesanales debido a la electricidad. La tercera llegó a mitad del siglo XX con la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones. La cuarta multiplicará la velocidad, el alcance y el impacto de los sistemas que produjo la tercera.
Uno de los efectos inmediatos será la destrucción masiva de tejido laboral. Según un muy citado estudio de 2013 realizado por Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, de la Universidad de Oxford, el 47 % de los puestos de trabajo que hoy conocemos están en riesgo de desaparecer; y el 90 % de los que perma-
nezcan cambiará de una forma radical. El mundo laboral se transforma a una velocidad abrumadora a causa de la globalización, las nuevas tecnologías y la creciente automatización, las grandes concentraciones urbanas y el incremento de la expectativa de vida.
Quizá no sea tan pronto como anuncian los apóstoles de las nuevas tecnologías, pero pocos especialistas dudan de que a lo largo de los próximos años veremos consolidarse profesiones que hoy dan sus primeros pasos –ingenieros de vehículos autónomos, especialistas en impresión 3D...– y surgir otras que cuesta imaginar: granjeros de ganado genéticamente modificado, gastrónomos moleculares, urbanistas digitales...
La gran transformación de los trabajadores también será psicológica. Ya no dependerán tanto del entorno geográfico, y la meritocracia ganará peso, gracias a la hiperconectividad que proporcionan las telecomunicaciones. Este nuevo perfil laboral innovador, creativo y capaz de colaborar con los demás sin importar el lugar donde uno se en- cuentre tiene un nombre: knowmad o nómada del conocimiento, término acuñado en 2011 por John Moravec, un docente estadounidense que investiga el futuro del trabajo y la educación. EL PROFESIONAL QUE NO SE FORME CONTINUAMENTE SERÁ UN LASTRE
Según la periodista Raquel Roca, autora del libro Knowmads. Los trabaja
dores del futuro, estos nuevos profesionales representarán el 45 % de la fuerza laboral en 2020. Hablamos de trabajadores que asumen que necesitarán formarse durante toda su vida para mantener el ritmo de una sociedad en continua y rápida transformación, en la que probablemente haya más parados y numerosos “puestos de trabajo low cost, con sueldos bajos, para personas con escasa cualificación”, como escribe en su obra
El mundo que viene Juan MartínezBarea, embajador para España de la Universidad de la Singularidad, una institución académica de Silicon Valley liderada por la NASA y Google.
No son meras especulaciones, si atendemos a algunos datos sobre las empresas más influyentes de hoy. YouTube fue fundada en 2005 por tres personas; cuando Google la compró al año siguiente por 1.650 millones de dólares, solo tenía 65 empleados, así que el valor de cada uno de ellos equivalía a 25 millones de dólares. Cuando Facebook adquirió Instagram en 2012 por mil millones de dólares, en esta compañía solo trabajaban trece personas. Y un ejemplo más de esta nueva econo
mía revolucionaria: la suma de los beneficios de todos los comercios, cadenas de restaurantes y supermercados de la lista Fortune 500, que reúne a las quinientas mayores empresas estadounidenses, es menor que los beneficios de Apple, con una particularidad: este coloso tecnológico emplea a 76.000 personas; y los comercios, supermercados y cadenas de restaurantes citados, a 5,6 millones.
Los cambios tecnológicos siempre han alterado la cantidad (y la esencia) de los empleos disponibles, pero lo que hace diferente a esta cuarta revolución indus-
trial es la vertiginosa velocidad, la profundidad y la amplitud de las transformaciones laborales. ¿Tendremos trabajo en el futuro? ¿Cómo será? ¿Qué nuevas profesiones surgirán para paliar la inevitable destrucción de puestos causada por la automatización y la inteligencia artificial? Hemos reunido diez de los ámbitos profesionales en los que, tal vez, puedas hacerte fuerte cuando arrecie la tecnología. 1. CREADOR DE REALIDAD VIRTUAL Y AUMENTADA__
Hace años que la realidad virtual proporciona ingresos a quienes saben buscarse la vida entre código y gráficos. Por ejemplo, hay diseñadores que se ganan el sueldo creando ropa virtual para los personajes de ese mundo ficticio que es
Second Life, la plataforma online que ha llegado a estar habitada por más de un millón de avatares –manejados por igual número de usuarios de carne y hueso– que van al trabajo o a la universidad, tienen citas, dirigen negocios, etc.
Siguiendo con los universos de mentira, en eBay encontramos ofertas de espadas mágicas y otros accesorios para videojuegos de rol multijugador masivo, como
Ultima Online y World of Warcraft, que cuentan con millones de seguidores a nivel global. Quien crea estas herramientas se lleva un buen dinero por ellas.
Estas novedosas formas de hacer caja son solo la punta del iceberg. El trabajo del futuro de mucha gente, pues, quizá no se halle en el mundo real, sino en el entorno de un videojuego o en una red social. En una fecha tan cercana como 2025, millones de personas pasarán horas todos los días trabajando, jugando y aprendiendo en entornos de realidad virtual cada vez más inmersivos y realistas, según sostiene el informe
Tomorrow’s Jobs (Los trabajos del mañana), elaborado el año pasado por expertos de Microsoft y la consultora británica The Future Laboratory.
Con la implantación de la realidad aumentada –tecnología que superpone información digital sobre el mundo real–, cada vez serán más necesarios profesio- nales de distintas ramas para dar forma a este nuevo mundo enriquecido con datos: por ejemplo, historiadores para mejorar la experiencia en los museos, expertos en urbanismo para hacer lo propio en las calles de las ciudades, etc. Las posibilidades educativas y cívicas que permiten estas tecnologías requerirán de personas formadas en humanidades, pero también en la última tecnología. 2. PROSUMIDOR__
La productividad y el bajo coste propiciados por los adelantos tecnológicos permiten que muchos bienes de consumo se puedan digitalizar, lo que equivale a decir que tienen un coste marginal cero. Es decir, que cuesta casi lo mismo fabricar una unidad que miles de ellas. En unos minutos, cualquiera puede abrir una tienda online, por ejemplo, y lanzarse a vender productos como canciones en formato digital.
Esta realidad permitirá que nazca un híbrido entre productor y consumidor al que se llamará prosumidor, tal y
como señala el sociólogo y economista estadounidense Jeremy Rifkin en su libro La sociedad de coste marginal cero: “El antiguo paradigma basado en propietarios y trabajadores, en vendedores y consumidores, empieza a resquebrajarse”. Martínez-Barea también abunda en ello: “Vamos hacia un mundo en el que, de forma progresiva, los trabajos fijos desaparecerán, y donde cada trabajador será un empresario, y su empresa él mismo”.
Un prosumidor, pues, producirá a pequeña escala, consumirá y también compartirá cada vez más sus propios bienes y servicios gracias a plataformas digitales y redes sociales. Uber, Airbnb y empresas similares son solo la tímida avanzadilla de este nuevo paradigma: en poco tiempo, con monedas virtuales como los bitcoins, que no responden a una autoridad pública central, las personas harán transacciones económicas seguras sin intermediarios, de igual a igual.
Rifkin denomina este modelo procomún colaborativo. “Los prosumidores sustituyen a los vendedores y compradores, la libertad de compartir vence a los derechos de propiedad, el acceso cuenta más que la propiedad, las redes sustituyen a los mercados y el coste marginal de crear información, generar energía, manufacturar productos y formar a los estudiantes es casi nulo”. 3. HUMANISTA DIGITAL__
En España, solo el 10 % de los universitarios estudian títulos de Artes y Humanidades. Sin embargo, las viejas disciplinas tendrán una nueva vida si sus seguidores se forman también en las nuevas tecnologías. Las humanidades pueden vivir una inesperada época de esplendor gracias a una transversalidad en la educación que elimine la obsoleta línea divisoria entre ciencias y letras.
Algo de esto sabe Pilar Manchón, sevillana de 45 años que estudió Filología Inglesa y completó su formación con un doctorado en Lingüística Computacional por la Universidad de Stanford y estudios de Ciencia Cognitiva y Lenguaje Natural en la Universidad de Edimburgo, además de pasar por el MIT. Hoy es la directiva principal en los proyectos de comunicación hombre-máquina en contextos inteligentes de Amazon.
El desarrollo de la inteligencia artificial en todas sus vertientes es la punta de lanza de muchas empresas tecnológicas, que necesitarán expertos en lógica, filósofos y lingüistas que permitan crear rutinas de análisis, aprendizaje, comunicación y decisión para estos nuevos sistemas que interactuarán con el ser humano. Cycorp, una empresa de Texas, se dedica a codificar el conocimiento humano para trasladarlo a las máquinas. Y contrata licenciados en Filosofía. 4. PERIODISTA 3.0__
El periódico Los Angeles Times usa un software que escribe noticias de último minuto con los datos que recibe. Quill, un sistema de inteligencia artificial, redacta una noticia breve en treinta segundos. Según Steven Levy, redactor de la revista de tecnología Wired, antes de 2030, el 90 % de las informaciones serán escritas por algoritmos. Y cada vez más persona-
lidades y gente corriente dan la noticia a través de Twitter o YouTube, saltándose la labor de intermediación del reportero.
¿Y si los profesionales se dedicaran a asesorar y ofrecer visibilidad al periodismo ciudadano, como propone el influyente periodista estadounidense Jeff Jarvis? “Pueden ayudar a blogueros independientes y corresponsales comunitarios a lograr cobertura en sus ciudades, ofreciéndoles contenidos, promoción, tecnología, redes publicitarias, formación y medios para colaborar”. Uno de los casos más espectaculares de periodismo ciudadano es el de OhmyNews, en Corea del Sur. Sus cincuenta profesionales seleccionan, editan y completan los artículos escritos por miles de aficionados. 5. TECNOJURISTA__
Los drones recreativos provistos de cámaras de alta definición plantean amenazas desconocidas a la privacidad. Si pisar el jardín del vecino puede tipificarse como allanamiento de morada, no ocurre lo mismo al sobrevolarlo con un vehículo aéreo no tripulado. Un solo campo –el de los drones– sirve para demostrar que necesitamos nuevas leyes y abogados y jueces capaces de aplicarlas e interpretarlas, interrogándose, por ejemplo, sobre quién es el dueño –si lo hay– del espacio aéreo por encima de las propiedades.
¿Y qué pasará con los derechos digitales? ¿Se puede considerar que estamos robando un bien digital cuando en realidad solo obtenemos una copia y el original sigue en poder de su dueño legítimo? La implantación de criptomonedas como el bitcoin y otras formas de intercambio exigirán abogados versados en estas nuevas realidades. 6. CIENTÍFICO DE DATOS__
Los datos son la materia prima más abundante en la Tierra. Según IBM, cada día se generan más de 2,5 trillones de bytes de datos de todo tipo, desde nuestras carreras por el parque a los historiales clínicos de los pacientes o las compras que hacemos en línea. El reto es bucear entre toda esa información y obtener patrones que nos digan algo coherente y valioso.
Esa es la tarea de los científicos de datos: analizar e interpretar la información generada en internet, algo imprescindible en la economía del siglo XXI. Estos especialistas, mezcla de estadísticos, matemáticos y programadores, figuran ya entre los más cotizados.
Su labor es imprescindible para cualquier empresa que quiera ofrecer productos o servicios personalizados, pero también alcanza al sector de la logística, la administración o la salud. Por ejemplo, Google Flu Trends es una herramienta estadística que rastrea las búsquedas en Google relacionadas con los síntomas de la gripe, lo que permite saber antes que las autoridades sanitarias dónde está a punto de surgir un brote de esta enfermedad. 7. ASISTENTE SANITARIO DE LA TERCERA EDAD__
Cuidar a la población anciana va a ser una salida profesional inteligente. Los sistemas sanitarios se enfrentan al reto de ofrecer cobertura a una población cada vez más envejecida. Según la OMS, en 2030 la esperanza de vida superará los noventa años en algunos países desarrollados, y en España será de 83,47 años en los hombres y de 88,07 en las mujeres.
Esta realidad se traducirá en una gran demanda de especialistas para tratar desde diversos enfoques la calidad de vida de los enfermos de alzhéimer y otras dolencias ligadas a la vejez. Se van a necesitar profesionales cualificados en geriatría, gerontología, medicina, psicología, nutrición y ciencias del deporte, que deberán estar familiarizados con la tecnología. Ya hay inteligencias artificiales como la de Watson, el ordenador de IBM, capaces de diagnosticar enfermedades con más precisión y a mayor velocidad que un médico. 8. IMPRESOR 3D__
La impresión 3D, también conocida como fabricación aditiva, produce objetos mediante la acumulación de finas capas de material. El plástico es el más común, pero también se puede imprimir con metal y cientos de elementos diferentes. Esta tecnología, que apenas comienza a dar sus primeros pasos, abre la puerta a una nueva era de objetos personalizados, y eso incluye los implantes de hueso o las prótesis corporales. De hecho, la bioimpresión de tejidos y órganos es una de las próximas revoluciones de la medicina. ¿Para qué donar órganos si podemos imprimirlos? Ya existen empresas que exploran este potencial. Organovo, una compañía con sede en San Diego (EE. UU.), fabrica hígados humanos experimentales y tejido óseo mediante la impresión 3D de material que contiene células humanas. Están arrancando, pero su objetivo es llegar a imprimir cualquier tejido corporal.
El desarrollo de esta técnica puede invertir el modelo tradicional de producción en fábricas, hasta el punto de que sus propagandistas auguran un futuro en el que todos dispondremos de una pequeña factoría en nuestras casas para crear casi todo lo que necesitemos. Quizá se pasan de entusiastas, pero sí es cierto que crecerá de forma espectacular la demanda de expertos tanto en las impresoras 3D como en la creación de diseños impri-