¿Hay que sustituir al PET?
Quizá habrás visto el símbolo PET –siglas inglesas de tereftalato de polietileno– en numerosos envases, pero también en productos electrónicos, cosméticos y textiles. Cada año se producen unos 50 millones de toneladas de este polímero sintético, según datos de la Universidad de Stanford. Científicos del mismo centro han publicado en la revista Nature una investigación donde proponen un sustituto para este plástico: el PEF, que puede obtenerse de biomasa.
Los expertos combinaron carbonato con dióxido de carbono y ácido furoico, un derivado de residuos agrícolas. “Pensamos que nuestra química puede, de alguna forma, desbloquear el punto donde se encuentra el prometedor PEF”, exponía en una nota de prensa Matthew Kanan, uno de los investigadores del estudio. “Esto es solo el primer paso. Tenemos que trabajar mucho para ver si es viable a escala y cuantificar la huella de carbono”, reconocía Kanan.
BUENA DEGRADACIÓN.
Otros expertos, como la química Paula Bosch, no ven la necesidad de jubilar al PET. “Es un polímero inocuo y uno de los que tiene una degradación ambiental más fácil: al tratarse de un poliéster, se desintegra, mediante hidrólisis, más deprisa que otros. No sé qué tiene de malo”, se pregunta. Nodebemos olvidar que todos los tipos de plásticos, incluido el PET, son técnicamente reciclables. El problema surge cuando este gesto no se realiza o se hace mal, y montones de plásticos acaban flotando en los océanos, a la deriva, como muestra la foto. “La investigación en polímeros biodegradables que pueden desaparecer por sí solos tras cierto tiempo es una de las más activas para evitar problemas como la contaminación del océano con microplásticos”, opina el experto David Mecerreyes.