Superpoderes inspirados en la naturaleza
Robots flexibles, pegamentos ultrafuertes, cascos irrompibles... La ciencia de la biomimética imita las propiedades de animales, minerales y plantas para crear nuevos materiales y tecnologías revolucionarias.
Robots flexibles, pegamentos ultrafuertes... La biomimética imita las propiedades de animales, minerales y plantas para crear tecnologías y materiales revolucionarios.
Descifrar las claves moleculares que dotan de sorprendentes capacidades y características a algunas especies de plantas y animales, y usar esos descubrimientos para el desarrollo de materiales sintéticos con propiedades nunca vistas. Esa es la tarea del ingeniero químico español Francisco Martín-Martínez, miembro del Laboratorio de Mecánica Atómica y Molecular del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Boston, donde nos adentramos de la mano de este joven investigador formado en la Universidad de Granada.
Entre pipetas, tubos de ensayo, placas de Petri, microscopios y ordenadores cargados del software más moderno, este científico nos explica cómo y para qué se crean materiales bioinspirados, es decir, basados en elementos orgánicos como los huesos, las telarañas o las secreciones de gusanos y mejillones.
LA VIDA SALVAJE PUEDE SER LA MEJOR MAESTRA DE TECNOLOGÍA
“Muchos de los problemas tecnológicos a los que nos enfrentamos han sido resueltos por la naturaleza de una u otra forma. Observarla es en gran medida el primer paso que conduce a la solución de muchas de estas dificultades o al desarrollo de nuevas ideas y tecnologías que pueden tener un gran impacto en la sociedad”, indica Martín-Martínez. Él y sus colegas trabajan siempre a partir de este punto de partida: antes de abordar una necesidad técnica o de crear un nuevo material para una aplicación concreta, es bueno preguntarse si existe algo en la naturaleza que lleve a cabo una función similar o que posea unas propiedades parecidas a las que buscan.
El ejemplo más reciente de su tarea es un gel obtenido a partir del Nereis
virens, una especie de gusano marino que vive en las arenas húmedas y el fango. La mandíbula de este anélido se compone de una proteína que contiene grandes cantidades de histidina, un aminoácido esencial que interacciona con los iones del medio. Dependiendo de la cantidad de histidina y de los iones