Aceite usado para cruzar el charco
PRIMER VUELO TRANSOCEáNICO CON UN NUEVO BIOFUEL
El pasado 21 de noviembre, un Boeing 787 con 186 pasajeros y 15 tripulantes a bordo aterrizaba sin incidentes en el aeropuerto internacional O’Hare de Chicago tras 11 horas y 41 minutos de vuelo desde Pekín. Lo normal, vamos. ¿Y dónde estaba entonces la noticia? En la fórmula del carburante que permitió desplazarse por el aire al avión, perteneciente a la compañía aérea china Hainan Airlines: 15 % de aceite de cocina usado y 85 % de queroseno convencional.
De los fogones al avión. Hace dos años, otro aparato de la misma aerolínea ya había realizado un trayecto comercial con ese biocombustible mixto entre Shanghái y Pekín, pero es la primera vez que se probaba en un trayecto transoceánico, exactamente de 11.927 kilómetros. Según declaró en Chicago Sun Jianfeng, presidente de Hainan Airlines y capitán de este vuelo extraordinario, el viaje había sido tranquilo y estable.
Los responsables de Zhennan Refining and Chemical, la compañía que ha fabricado el novedoso biofuel, aseguran que pueden procesar al año hasta 100.000 toneladas de aceite reciclado, procedente sobre todo de restaurantes. Esa refinería es subsidiaria de China Petroleum and Chemical Corp. –también conocido como Sinopec–, gigante empresarial muy volcado en impulsar las fuentes de energía renovables en su país, que sufre altísimos índices de polución. Con el nuevo producto, aseguran, se cumpliría un doble objetivo: contaminar menos el aire y evitar que los establecimientos hosteleros depositen sus residuos en los vertederos o las aguas de los ríos y el mar.
El ensayo de Hainan Airlines no ha sido el único: parece que en el sector aéreo ha estallado un auténtico boom verde. Por ejemplo, KLM anunció el pasado mes de septiembre que utilizaría biocombustibles para sus vuelos a Los Ángeles, y United Airlines ya los incorpora en algunos de sus destinos.