ROCAS: esponjas empapadas
Los cometas y los asteroides podrían definirse como escombros interplanetarios, los restos rocosos y helados de la formación del Sistema Solar, y, por tanto, muy interesantes para conocer el origen de los planetas y el agua que atesoran. En 1950, el estadounidense Fred Lawrence Whipple propuso el modelo bola de nieve sucia para explicar la composición de los primeros. Dicha nieve estaría compuesta por agua helada, óxidos de carbono, metano, amoniaco, cianógeno y otras sustancias orgánicas.
En agosto de 2014, la sonda europea Rose a se situó en órbita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, y tres meses más tarde, el módulo de aterrizaje Philae aterrizó en su superficie. Hasta el final de la misión, en septiembre de 2016, los datos enviados por esta misión fascinaron a los científicos. El 67P no es un cuerpo macizo, sino que consiste en una mezcla de hielo, roca y sustancias orgánicas con menos de la mitad de la densidad del agua líquida, lo cual indica que el núcleo debe estar repleto de huecos, y la mayoría del H O se acumula, en forma de hielo, en el subsuelo.
Uno de los hallazgos más interesantes fue la detección de glicina –aminoácido presente en las proteínas– y fósforo –elemento que forma parte del ADN y las membranas celulares y sirve para transportar energía–. “Esto apoya la idea de que los cometas repartieron moléculas clave para la formación de compuestos químicos prebióticos por todo el Sistema Solar, y en particular en la Tierra,”, aseguró Ma Taylor, científico del proyecto Rose a.
Los asteroides también han deparado sorpresas. En 2010 se descubrió hielo de agua y componentes orgánicos en la superficie de 24 Themis, con 198 km de diámetro; hasta entonces, esas características se asociaban solo a los cometas. El hallazgo apoya la teoría de que ese tipo de rocas podrían haber proporcionado a la Tierra H O y algunos de los compuestos prebióticos.
LA HUMEDAD DE CERES.
El mayor objeto del cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, es Ceres, con 950 km de diámetro. Al ser prácticamente esférico, pertenece oficialmente a la categoría de planetas enanos. A comienzos de 2014 se observó lo que parecían emanaciones de vapor, un claro indicio de su elevado contenido en agua. La sonda Dawn de la NASA, que ha cartografiado prácticamente toda su superficie, detectó en algunos cráteres manchas de carbonato de sodio, lo que podría indicar la existencia de algún tipo de actividad hidrotermal. Los científicos creen que hasta un 25% de la masa de Ceres podría estar formada por H O.