Brain hacking: estimulación magnética transcraneal y neuro-implantes
Las técnicas de estimulación eléctrica no invasiva, cuyo mayor exponente es la estimulación magnética transcraneal (EMT), son un conjunto de procedimientos mediante los cuales se induce una corriente en la corteza cerebral, de forma indolora y segura, normalmente con el fin de tratar una depresión farmacorresistente o el dolor nervioso crónico, y acelerar el proceso de rehabilitación tras un ictus.
Este sistema podría servir también para potenciar la memoria y algunas actividades cognitivas. Cada vez son más las personas que acuden de forma voluntaria a los centros médicos en los que se dispensa esta técnica, especialmente jóvenes de entre veinte y treinta años, en lo que ya se conoce como brain
hacking. En el futuro, podría tratarse de una práctica habitual, empleada en los procesos de capacitación de los genios. ENTRE LA CIENCIA Y LA FICCIÓN. Aunque la eficacia de la citada estimulación cerebral aún suscita muchas dudas, se perfila como una puerta abierta al desarrollo de nuestro potencial. Un estudio liderado por el experto en biología integrativa Jaehoon Choe, de la Universi- dad de California, en Los Ángeles, publicado en la revista Fron
tiers of Neuroscience, apunta que los pilotos aprenden a manejar un avión con mayor facilidad si son guiados por las ondas cerebrales de sus colegas veteranos. Algunas agencias de defensa se han mostrado interesadas en este asunto y ya buscan la posibilidad de fabricar genios soldado.
En este sentido, el pasado noviembre se anunció que, por primera vez, se había conseguido mejorar la memoria humana mediante un implante cerebral. Se trata de un dispositivo diseñado por Dong Song, profesor de Ingeniería Biomédica de la Universidad del Sur de California, que envía pequeñas corrientes eléctricas al hipocampo, región encefálica que se suele relacionar con el aprendizaje y el almacenamiento de recuerdos. De hecho, se estima que logró aumentar la memoria a corto plazo en un 15 %, y en un 25% la denominada memoria del trabajo. Aunque son necesarias más pruebas, Song cree que servirá de ayuda a los enfermos de alzhéimer.