EL ENIGMÁTICO SEPULCRO DEL CAPITÁN METTE
ier “Hruht Friedrich Wilhelm Me e. Kapitän. O. S. Santa Ursula” (Aquí descansa Friedrich Wilhelm Me e. Capitán. Buque Santa Úrsula). Ese el epitafio de una tumba que se encuentra en el cementerio del Hospital Psiquiátrico de Conxo, en Santiago de Compostela (La Coruña). El arzobispo Miguel Payá, durante cuyo mandato se redescubrieron los restos del apóstol Santiago, convirtió este antiguo monasterio en un manicomio en 1885. Este sanatorio fue el único de su tipo en Galicia hasta 1953 y, gracias a la ley general de sanidad, que lanzó un proceso de reinserción social de los pacientes mentales, es también el único que perdura en esa comunidad autónoma.
EN 2003, UN GRUPO DE VOLUNTARIOS DECIDIÓ RESCATAR DEL OLVIDO unos enterramientos cubiertos de zarzas y hierbajos, abandonados tiempo atrás. Tras dos años de trabajos, sacaron a la luz la tumba más rica del complejo, sobre cuya fría losa todavía podía verse un ancla. Poco tiempo después de ser descubierta, alguien la robó. Ni los viejos cementerios se salvan de la rapiña de los salteadores de tumbas.
¿PERO QUÉ HACÍA UN CAPITÁN DE BARCO ALEMÁN ENTERRADO en los terrenos de un psiquiátrico gallego? El periódico La Voz de Galicia dio a conocer parte de la historia de este caso. En realidad, el desconocido marino había trabajado para la línea Hamburguesa-Sudamericana, en cuyos archivos aún figuraba inscrito el Santa Úrsula, un barco de 3.771 toneladas construido en 1908. Es más, se sabe que entre 1908 y 1914 esta embarcación navegó por las aguas del océano Atlántico para llevar emigrantes europeos a las Américas.
CON EL ESTALLIDO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, EL BARCO PERMANECIÓ ANCLADO en el puerto de Lisboa hasta 1916, cuando Portugal entró en el conflicto contra las Potencias Centrales. Entonces, el Santa Úrsula fue incautado y rebautizado con el nombre de Estremadura. Del navío nunca más se supo. ¿Qué le pasó a su capitán? ¿Por qué fue encerrado en el sanatorio de Conxo? Me e murió el 10 de octubre de 1917 a los 42 años, y según La Voz de Galicia, a causa de la sífilis. Pero queda sin saberse, y quizá jamás se resuelva, lo más misterioso de todo: ¿quién lo internó, cuándo sucedió y quién pagó una tumba tan lujosa en un lugar donde nadie quiere ser enterrado?