Y en España...
En el curso 67-68, la dictadura franquista creó la Policía de Orden Universitario (POU) para controlar las facultades. La universidad era el principal foco de oposición y de revueltas, que habían sido especialmente violentas en 1956. En cambio, el 68 pasó más desapercibido, porque España tenía su propia revolución pendiente, la de lograr las libertades democráticas. Pero hubo cierres de universidades –Madrid, Barcelona, Sevilla– y expedientes a cientos de estudiantes.
La prensa deformaba las noticias de lo que pasaba allende los Pirineos. Se leía a autores prohibidos –Marx, Bakunin, Marcuse– en ediciones extranjeras y se empezaba a conocer a Dylan, a los Beatles o al Che. Había iniciativas como los Comités Pro-Vietnam o protestas contra las bases estadounidenses organizadas por el PCE. El 24 de abril en la primera asamblea del metal de Comisiones Obreras acabó con cien detenidos y 39 procesados. Hubo muchos arrestos y condenas de miembros de CC. OO., como Marcelino Camacho, que llevaba preso desde el año anterior, UGT y USO, y una huelga de hambre de nueve días de los presos políticos de Carabanchel, Soria y Jaén. El 18 de mayo, el cantautor Raimon dio un concierto en la Facultad de Económicas de Madrid que se saldó con cargas policiales. La lucha por la libertad en la España de 1968 tenía muy poco de romántica.