¿PUEDE UN DEPREDADOR PERDONAR LA VIDA A SU PRESA?
Esta tierna y algo inquietante escena fotografiada en el Parque Nacional Etosha (Namibia) es infrecuente, pero no imposible de ver. A veces, un fiero carnívoro se convierte en el solícito protector de una cría de alguna de las especies que constituyen su alimento, aunque lo normal es que acabe devorándola o, como mucho, dejándola marchar.
Según la mayoría de los etólogos, estas situaciones se producen sobre todo cuando el depredador es una hembra que acaba de perder a sus crías o que, por ser muy joven, todavía no las ha tenido. Se deduce que el fenómeno se debe a la necesidad de calmar el instinto maternal con una cría de otra especie, aunque las causas no se conocen con total certeza. De todas formas, se han documentado más casos entre animales que no necesitan matar para alimentarse.