RATONES, UN ANTITUMORAL Y UN ROBOT LISTILLO, EN ÓRBITA
Entre otras muchas cosas, la cápsula de transporte Dragon que la compañía Space X envió a finales de junio a la Estación Espacial Internacional (EEI) llevaba a bordo veinte ratones vivos, un peculiar robot de forma esférica y un nuevo compuesto antitumoral. El heterogéneo flete permitirá a los astronautas de la instalación orbital poner en marcha tres interesantes ensayos cuyos resultados podrían favorecer desde la lucha contra el cáncer hasta los viajes interplanetarios.
TRÍO DE INVESTIGACIONES. Así, los roedores servirán para estudiar cómo afecta una prolongada estancia en el espacio a los mamíferos. Se prestará especial atención a la forma en que la falta de gravedad altera el microbioma de los roedores, el conjunto de microbios –la mayoría bacterias– que residen en el intestino y son clave para la salud. Estos animales comparten muchos genes con los humanos, así que los investigadores esperan reunir información importante para los futuros viajes a Marte.
Por su parte, el experimento Angiex analizará el efecto de la microgravedad en las células endoteliales que recubren el interior de los vasos sanguíneos y, sobre todo, su respuesta en esas condiciones a un nuevo fármaco anticancerígeno que no solo ataca a los tumores, sino a esos vasos que los alimentan.
Por último, los tripulantes de la EEI interactuarán con CIMON, un robot autónomo y con inteligencia artificial ideado por IBM y Airbus. Habla, entiende lo que le dicen y su misión será ayudar a los astronautas, dándoles información, leyéndoles instrucciones, mostrándoles vídeos en su rostro-pantalla...