CARSHARING, EL HOY
BIENVENIDOS AL NUEVO CONCEPTO DEL
CARSHARING (COCHE COMPARTIDO), que me gustaría ampliar a la movilidad compartida en general. A los que vivís en una ciudad, como yo en Madrid, os sonará. Hay una invasión, para mí muy positiva, de formas diversas de este fenómeno: bicicletas con asistencia eléctrica, motos, coches y patines movidos también por electricidad aportan una agilidad y libertad al transporte urbano hasta hace poco inimaginable. Ya hemos hablado aquí de que la pluralidad tecnológica será la base del futuro. La movilidad compartida es eléctrica, y cada día tiene más partidarios por lo fácil que es de usar: solo hay que bajarse una aplicación al móvil, inscribirse y elegir forma de pago.
En la app, tras pulsar en el mapa la zona donde estás y el tipo de vehículo que buscas, verás qué unidades disponibles tienes cerca. Reservas y te acercas al coche, moto, patín o bici, y con un código dado que introduces en tu móvil, estás listo. El precio varía según la opción, pero es económico: puede salirte por la tercera parte que un taxi. Vivir en Madrid y poder ir en coche a zonas restringidas y aparcar sin coste alguno resulta muy atractivo. Al dejarlo en tu destino, solo debes cerrarlo y comprobar que queda disponible para un nuevo usuario. No me olvido de los que vienen de vacaciones y descubren nuevas formas de conocer la ciudad. Compañías como Lime, de patines eléctricos, están en bastantes países. El otro día, con motivo del Salón del Automóvil de París, pernocté en la ciudad, famosa por su intenso tráfico. Al salir del evento, las colas para coger taxi o moto taxi eran interminables. Pero se me encendió la bombilla y busqué las opciones de movilidad compartida disponibles. A 300 metros encontré un patín eléctrico y en él fui al hotel. Un deseo: que los Ayuntamientos se abran a estas nuevas opciones de movilidad. La grandeza de las ideas potentes está en su democratización.