NUEVO T-CROSS VOLKSWAGEN AMPLÍA SU FAMILIA SUV
La familia SUV de Volkswagen crece con un modelo joven, práctico y versátil: el nuevo T-Cross, un crossover sofisticado con múltiples aplicaciones y gran presencia. Hablamos del SUV más pequeño de la casa, dirigido a un público que necesita un coche que se adapte a todas las facetas de su vida. A pesar de su longitud de 4,11 m (12 cm más corto que el T-Roc), el T-Cross ofrece un acceso cómodo a través de cuatro grandes puertas y dispone de un fantástico maletero con capacidad de 1.281 litros, gracias al asiento trasero desplazable y al respaldo abatible.
SI EN EL DISEÑO EXTERIOR destaca el frontal que acentúa el ADN familiar y resalta a la vez la individualidad del T-Cross, por dentro llaman la atención la posición elevada del asiento y la buena visión panorámica que ofrece a los ocupantes. El habitáculo espacioso produce la sensación de estar dentro de un vehículo más grande. Los sistemas de asistencia –vigilancia Front Assist, detección de peatones, función de frenada de emergencia en ciudad, arranque en pendiente, detección de fatiga o control de crucero adaptativo– son propios de un coche de gama superior. También hay que destacar la excelente conectividad, que proporciona al T-Cross un manejo muy intuitivo y ofrece a los usuarios exigentes el máximo nivel de conexión en red y con el mundo exterior.
Se puede optar entre tres atractivas líneas de acabado –Edition, Advance y Sport–, así como entre tres potentes motores turboalimentados, dos de gasolina –1.0 TSI de 70 kW/95 CV y de 85 kW/115 CV– y uno de gasoil –1.6 TDI con 70 kW/95 CV–. Otro punto a favor es que el T-Cross se produce en la fábrica española de VW de Navarra.
tion, un árbol de riesgo –un protocolo– que ayuda a los científicos a determinar si es conveniente o no que publiquen sus datos sobre biodiversidad.
Finalmente, y aunque resulte paradójico, los expertos también echan en falta que se actúe en consecuencia con la información que aporta el big data. “Pese a que sabemos que hay múltiples administraciones locales y regionales en España que utilizan los datos que producimos del sistema de pronóstico Caliope, no se toman las medidas oportunas”, lamenta Pérez.
Durante la última década, los modelos de calidad del aire de España han alertado de forma repetida de episodios especialmente agudos de contaminación, sobre todo en las grandes ciudades del país. Y, sin embargo, las medidas anticontaminación, en general, han brillado por su ausencia. “Por ejemplo, cortar o reducir el tráfico para reducir los niveles de contaminación, en especial durante episodios agudos, ha sido tradicionalmente impopular”, señala el experto. Aunque también reconoce que “esto está cambiando, y cada vez hay más conciencia ciudadana por la contaminación en las ciudades”.
Algo similar sucede con la pérdida de biodiversidad y el cambio climático: a la vez que se constata y se predice la magnitud de estos problemas, se extinguen cada vez más especies y aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y, por ende, también el calentamiento global del planeta. Por lo tanto, si bien no cabe duda del imprescindible papel que juega y jugará el big data para superar la crisis ambiental actual, habrá que ver si las soluciones a los problemas de los que nos alertan estos datos llegan a tiempo y están a la altura de los mismos.
Reducir el tráfico urbano para rebajar los niveles de contaminación es una medida impopular pero necesaria